En un allanamiento de urgencia solicitado por los efectivos del Comando de Patrullas Quilmes Este, que se realizó en la noche del domingo en la casa del jubilado de 72 años que disparó a un hombre tas discutir en la fila del Carrefour, encontraron una gran cantidad de armamento y municiones de diversos calibres.
La fiscalía Nº 3, que tomó intervención en el hecho, avaló el pedido del Comando, el cual fue efectivizado en un operativo comandado por el comisario inspector Darío Gil, junto con personal de la Comisaría Primera. Al ingresar se encontraron con una granada de mano, por lo cual solicitaron la presencia de los peritos en explosivos.
En total se secuestraron de la casa del agresor 2 cargadores de Uzi, 7 municiones calibre 762, una cadena de engarce, una granada de mano sin dispositivo ni carga, sin espoleta ni sistema de iniciación, un proyectil de mortero Instalaza H-601 de práctica con sistema de inicio y propulsión pero sin carga y una caja con 48 cartuchos calibre 22 largo.
Cabe recordar que el jubilado vive a escasos metros del supermercado donde baleó a un hombre con el que había discutido y amenazado minutos antes, cerca del mediodía del domingo. El personal del Comando que acudió a la emergencia lo detuvo en la puerta de su casa gracias al mismo testimonio de la víctima, que estaba consciente y pudo ver hacia donde se dirigía su agresor.
MIRÁ TAMBIÉN:Discusión en la fila de Carrefour terminó con un herido de 3 balazosSORPRESA VECINALEl hecho generó sorpresa en sus vecinos, puesto que lo conocían como un hombre “tranquilo y amable, que estaba siempre con su perro”. La empleada de una rotisería que está en frente del supermercado, de la cual uno de los cocineros ayudó a la víctima hasta que llegó la ambulancia, recordó que incluso “nos había prestado un ventilador un día que no dábamos más del calor”. Asimismo, aseguró que “no imaginé jamás que el hombre tuviera armas en su casa o fuera capaz de algo así”.
MIRÁ TAMBIÉN:Encontraron un arsenal en la casa del agresor del Carrefour QuilmesPor su parte, Celeste –quien vive en un edificio a escasos metros del lugar, sostuvo que el imputado “no era agresivo, estaba todo el tiempo en la vereda con su perro. Algunos vecinos decían que salía a pasearlo armado, pero no podría asegurarlo. La cajera del supermercado me contó que le dijo que como nadie revisaba las bolsas cuando uno entraba ‘un día podía entrar con una bomba’, cosas que uno creía que era un simple chiste de mal gusto”.
