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Marcio Alazraqui Investigador UNLaM
13/04/2020
Las desigualdades sociales se reproducen en la salud
Las desigualdades sociales se reproducen en la saludEl docente investigador en Epidemiología Marcio Alazraqui valoró la respuesta local a la pandemia de coronavirus, al tiempo que reflexionó sobre el impacto diferencial que puede tener en una población con problemas estructurales.

(Agencia CTyS-UNLaM) Marcio Alazraqui es docente, investigador del Instituto de Salud Colectiva y director de la Especialización en Epidemiología de la Universidad Nacional de Lanús (UNLa). En diálogo con Agencia CTyS-UNLaM, el experto indagó sobre las principales dimensiones que emergen a la hora de pensar una pandemia.
"Tiende a predominar un enfoque muy biomédico centrado en la infectología y en los medicamentos”, observó, y subrayó que, para evitar mayores dificultades, se deben contemplar los problemas preexistentes de la región a la hora de pensar estrategias sanitarias.

-En términos generales, ¿qué lectura hace del tratamiento de la pandemia a nivel local y regional?
Nosotros acordamos con las medidas que ha planteado el gobierno argentino hasta el momento. De forma muy resumida, se han aplicado medidas de aislamiento (supresión y mitigación de casos) y reorganización de los servicios de salud en función de los profesionales e insumos disponibles, para poder hacer frente al aumento de número de casos, que es lo esperable. Los países latinoamericanos han tenido posturas diferentes. Me parece que habría que pensar de forma regional. Esta pandemia de coronavirus muestra la inexistencia de fronteras y, también, muestra que, a veces, la demanda de personas que tienen que ser atendidas sobrepasa los recursos locales y es necesario tener cierta integración.

-¿Una misma estrategia puede ser válida en distintos territorios?
Uno puede tener medidas generales, pero se deben adaptar a las particularidades que tiene cada población. Hay que destacar, también, que los problemas de salud son problemas complejos, que atraviesan distintas dimensiones demográficas, sociales, económicas, culturales, entre otras. Hay un concepto, que me gusta mucho, que se conoce como “glocal”, una mezcla de global y local, y es muy interesante porque permite ver que, al tiempo que existe una globalización, los problemas toman una particularidad en cada territorio, por eso hay que pensarlos de forma integrada a partir de diferentes dimensiones (social, cultural, otras) y desde diferentes disciplinas (biomedicina, epidemiología, sociología, antropología, economía, otras).

-¿Hay algún enfoque que predomine sobre otros?
En general, lo que tiende a predominar es un enfoque muy biomédico centrado en la infectología y en los medicamentos. Los problemas de salud, como esta pandemia, son problemas complejos, y deben ser abordados desde diferentes disciplinas de forma integrada y con la particularidad que tiene cada territorio.

-¿Qué pasa cuando una contingencia como esta llega a contextos en los que hay otros problemas, del orden estructural?
En números un poco groseros, nosotros sabemos que, en el mundo, más de la mitad de la población vive en grandes ciudades, y que, de esas personas, la tercera parte vive en barrios muy carenciados. Por ejemplo, actualmente en Argentina, aproximadamente el 50 por ciento de la población joven es pobre. Entonces, un problema como esta pandemia agrava todo lo preexistente.

La gente que no se atienda por una patología crónica que tiene, como diabetes o hipertensión, por priorizar el tema del coronavirus, puede verse afectada en este contexto, y, una vez que el problema se instale de forma comunitaria, ¿a quienes seguirá afectando y con qué gravedad? Obviamente, a las personas que tienen menos recursos, ya sea de vivienda, de alimentación o, incluso, de acceso a los servicios.

Las desigualdades sociales producen desigualdades en la salud, y eso hay que tenerlo en cuenta a la hora de planear estrategias.