Hace muy poco dirigió nada menos que a Boca Juniors y luego de su salida, prefirió mantener un perfil bajo y hacer silencio mientras espera nuevas oportunidades de trabajo. Pero más allá de haber estado en lo más alto, Gustavo Alfaro no se olvida de Quilmes. El sábado en el programa CDD Radio, que se emite por radio RK (fm 91.5), "Lechuga" rememoró historias de su pasado cervecero.
En su primera experiencia en Quilmes, en la temporada 96/97 del Nacional B, Quilmes terminó sexto. El campeón fue Argentinos Juniors, que ascendió directo, y del segundo al quinto jugaban un reducido. El Cervecero de un joven Gustavo Alfaro le ganó en la última fecha a Deportivo Morón 3 a 0 como visitante y con ese resultado se clasificaba, y Belgrano de Córdoba, que tenía los mismos puntos, necesitaba ganar por seis goles a Olimpo para entrar por diferencia de gol y así desplazar al Cervecero. Y así fue, porque ganó 7 a 1. "Lechuga" reconoció que "yo no me había quedado bien después de mi primera experiencia en Quilmes por aquél final, donde para mí el equipo le había ganado muy bien a Morón, y después con esa derrota por goleada 7 a 1 de Olimpo. Eso truncó una posibilidad de búsqueda de ascenso en la primera instancia, y uno en su momento por ahí no entendió por qué, y después te das cuenta. Fue raro lo que pasó, son cosas que van a quedar en el mito, pero me acuerdo cosas que me dijeron en su momento el entonces presidente de Olimpo, Jorge Ledo, o jugadores de Belgrano, que después pude dirigir y estuvieron en aquellos momentos. Fue un partido extraño en el que había que meter una cantidad de goles y se metieron. Pero bueno, es fútbol, hay que tener valentía para callarse y por suerte el tiempo nos dio la chance de que unos años más tarde pudiéramos lograr en Quilmes lo que fuimos a buscar y que la gente deseaba, que fue el ascenso".

EL LOGRO DEL 2003 Y UN REPROCHE QUE EL DT TODAVIA SE HACE
Gustavo Alfaro recordó muchas anécdotas de su segunda etapa, cuando logró el ascenso a Primera en el 2003. Pero reconoció un error que todavía se reprocha: "uno recuerda aquél logro con mucha emoción. Ese plantel estaba totalmente consustanciado con la gente, imbuido en el sentimiento. Pero una de las cosas que me reprocho en el siguiente año, es que yo tendría que haber peleado para que muchos jugadores no se fueran. Yo sé que es difícil cortarles la carrera, pero el equipo que jugó la Copa Libertadores no fue el que jugó el ascenso y después en Primera, y muchas cosas se perdieron. Quizás ya las cosas que nos movilizaban eran otras. A lo mejor hubiese sido imposible, pero si hay algo que hubiera intentado cambiar es eso, impedir que ese plantel se hubiese desarmado, porque ese grupo estaba todavía para más cosas".

ALFARO Y UNA PUERTA QUE NO SE CIERRA
Cuando el entrenador fue consultado acerca de la posibilidad de retornar al Cervecero alguna vez, no dudó. Gustavo Alfaro dijo: "Sí, ¿por qué no? Yo no digo que no, lo que digo es que cada vez me queda menos tiempo, porque estoy cada día más cerca del retiro. Pero obviamente que hay etapas, hay situaciones y vivencias que uno va teniendo, y yo no digo nunca que no. En Quilmes me sentí muy bien, más allá de todas las cosas que tuve que atravesar, que fueron difíciles, yo fui feliz en Quilmes, y a mí eso nadie me lo roba. A mí nadie me va a poder robar el derecho al sentimiento que yo tengo, a las cosas que viví, que pasé y a las imágenes que me quedan. A mí nadie me va a poder robar las imágenes de esa peregrinación de ilusión permanente en forma de caravana, yendo a la cancha de Ferro, de la gente arrodillada y rezando adelante del micro, esas imágenes antes del partido no me las voy a olvidar nunca. Lo que fue el vestuario, la vuelta, el amor incondicional, la pasión de toda una ciudad detrás de eso, llegar a la cancha de Quilmes, atravesar el estadio completo en la fiesta del ascenso, después el debut de Quilmes en el torneo de Primera División, ver esa marea de sentimiento de gente detrás de una ilusión que trasuntaba esa confianza permanente. Esas son cosas que quedan para toda la vida, y a mí nadie me las va a robar". El ex DT cervecero concluyó diciendo que "Quilmes me marcó, obviamente, porque estuve mucho tiempo, si bien fue en dos períodos diferentes y situaciones distintas, fueron procesos muy fuertes, muy profundos, de mucho aprendizaje y de muchas vivencias que fueron forjando mi perfil y mi personalidad como entrenador. Y fue para mí la puerta de entrada a la Primera División del fútbol argentino. Eso no se olvida".