Mujeres apasionadas por una novela vienen a conocer el lugar donde transcurre la acción
Entre los meses de octubre, noviembre y diciembre, un grupo de setenta mujeres visitará la ciudad de Quilmes. El objetivo es recorrer los lugares emblemáticos de una novela romántica que transcurre en la localidad: “Camino al placer” (Vergara, Penguin Random House), de la escritora quilmeña Anabella Franco. El libro se mantiene vivo desde que se publicó en 2014 gracias al poder de la ficción y a la fidelidad de sus lectoras.
Estas mujeres apasionadas por la lectura llegan a la ciudad en grupos de diez personas y recorren diferentes puntos del distrito, entre ellos una fábrica de alfajores, una casa de pastas, una heladería y un bar. Se acercan a la localidad desde lugares tan diversos como San Miguel, Merlo, Tigre, Haedo y Martín Coronado, entre otros. Las que viven más cerca están en Avellaneda y Capital Federal.
“Fue mi primera vez en Quilmes. Cuando mi marido supo que iría tan lejos se sorprendió mucho, pero mi cariño y admiración hacia Anabella pudieron más y terminé conociendo los lugares de Natalia y Julián, los protagonistas de la novela”, comentó Victoria, una de las asistentes al original evento, quien arribó a la ciudad desde San Miguel. “Comí alfajores y disfruté la magia de los libros, que me unieron a un grupo maravilloso de personas”, culminó.
“Yo no conocía Quilmes, y recorrer sus calles fue como adentrarme en la novela. Fue una experiencia que le dio más realismo a la historia”, declaró Natalia, otra de las presentes en el grupo de diez mujeres que visitó la ciudad el 6 de octubre. Cuenta que para llegar a Quilmes debió tomar tren, subte, combinación de subte y otro tren. Coincide con Victoria en que “gracias a la literatura pude encontrar personas que experimentan la misma pasión. La lectura nos lleva a volar para no decaer ante los golpes de la vida”.
Marcela también opina que fue una experiencia mágica: “Recorrer las calles de Quilmes pensando que por allí habían pasado los personajes fue meternos directamente dentro del libro”. Conocieron la ciudad desde una perspectiva diferente, con otros ojos. Quilmes es para ellas un sitio literario.
La escritora, por su parte, declaró que la iniciativa surgió de una respuesta que dio al azar en una red social. “Siempre me preguntaban si los lugares que aparecían en la novela existían de verdad, porque es una historia muy realista y cotidiana. Les dije que sí, y en broma comenté que algún día las iba a llevar a hacer un city tour. Se lo tomaron al pie de la letra y me lo pidieron durante casi un año. Finalmente, cuando pude hacerme un tiempo para organizarlo, ofrecí dos fechas. Pensé que se anotarían unas quince o veinte personas, pero se inscribieron setenta”, admite, sorprendida.
Ante la pregunta de si volvería a hacerlo, expresa: “¡Sin duda! Nos divertimos mucho. Por eso varias lectoras que no pudieron anotarse en la primera oportunidad me piden que vuelva a abrir las inscripciones. El año que viene, quizás, tengamos más turismo literario en Quilmes”.