El conjunto visitante arrancó con la misión de adueñarse del mediocampo con una presión alta y cortando los circuitos de juego del equipo de Lucas Pusineri. Pero tras el correr de los minutos el local se acomodó y pudo plantarse mejor en el terreno. De a poco fueron apareciendo sociedad, con Jonathan Menéndez y Alan Velsaco activos por las bandas incluso sin la necesidad de buscar a Martínez, quien deambuló por el medio.

A los 25 minutos, cuando el duelo se alejaba de los arcos, Independiente se encontró con la mejor oportunidad posible cuando Cabral fue al piso en el área a Martínez y el árbitro cobró penal. Silvio Romero se hizo cargo de la ejecución y con un disparo cruzado puso el 1 a 0.

Con la rotación de sus hombres, la dinámica y el “juego, juego”, que pregona Pusineri desde el banco, Independiente pudo ampliar la ventaja, pero tomó un par de malas decisiones en la réplica. Y Atlético ostentó las virtudes de los elencos de Zielinski: gran poder aéreo, la potencia de sus tres hombres de punta y aprovechamiento de los balones cruzados. Melano y dos veces Toledo estuvieron cerca de igualar. Pero Sosa y la falta de puntería lo impidieron.

El inicio de la segunda parte quedó marcado por la expulsión de Ramiro Carrera en la visita. El nuevo contexto envalentonó al dueño de casa, que llegó en continuado, convirtiendo al Laucha Luchetti en figura, con un estelar Alan Velasco (el juvenil fue un canto al desequilibrio, pero a sus acciones le faltaron final), más el empuje habitual de Silvio Romero.

Sin embargo, los minutos pasaron y el Rojo no lo remató, dejando con vida a Atlético, que desde la pelota quieta o en alguna salida rápida (como el remate cruzado de Melano que sacó Sosa con esfuerzo) pudo sorprender.