Al respecto del creciente foco de contagio en el asentamiento, el funcionario provincial consideró que “esto no es un hecho aislado” y señaló que “estamos entrando en el período que vimos en Europa y Estados Unidos. Para ello generamos una ‘acción retardante’, para impedir al enemigo (por el COVID-19) que avance al ritmo normal. Esto se llevará adelante hasta que se haga una contra ofensiva que puede ser la vacuna o el tratamiento eficiente, o hasta que el enemigo nos sobrepase, situación que ha pasado en el mundo y que puede pasarnos a nosotros”. 

Si bien por un lado consideró que analizarán caso por caso las medidas a tomar en los diferentes focos de contagio, según las características de cada barrios, entendió que “en este barrio (por Villa Azul), en estas condiciones, en este momento de la pandemia, los infectólgos entendieron que había que aplicar este tratamiento”. 

Es por ello que convocó a la sociedad a “entender a esta gente y acompañarla. Esto no es un leprosario, son pacientes que hoy están enfermos, que se van a curar y es algo que le puede pasar a cualquiera de nosotros. Hay que ser solidarios para transitar esta pandemia con el menor daño posible porque recién estamos entrando en la puerta del problema. 

INTERESES NARCOS
Finalmente, el Ministro de Seguridad provincial consideró que parte de la polémica por el cierre del barrio podría ser fogoneada por delincuentes del asentamiento relacionados al narcotráfico: “Hay intereses que compiten con nuestra presencia acá. Los vendedores de drogas se ocultan en las villas porque allí es donde tienen la geografía indicada para esconderse. Son ellos los que no quieren que nos quedemos, generan mal ambiente y le hacen creer a la gente que no está bien atendida”.