El DT Lucas Nardi renunció el jueves pasado, pero dejó su  impronta bien marcada en el equipo, al que preparó en toda la semana salvo en el último día, y se vio reflejado en la cancha. Como en los últimos encuentros, Quilmes no mostró seguridad, no tuvo fútbol, no generó peligro y volvió a perder, esta vez ante Almagro como local, donde le puso final a su invicto en esa condición. Preocupante presente.
El partido empezó con Quilmes incómodo, Almagro lo presionaba bien, no lo dejaba jugar y se metía en campo cervecero. Y en su primera llegada, a los 6 minutos, se puso en ventaja: lateral en ataque por la izquierda para Adrián Torres, centro, cabeceó sin marca Alan Bonansea y adentro. El Cervecero perdía 1 a 0 en el amanecer del partido y todo se comenzaba a hacer cuesta arriba, porque no lograba manejar la pelota, era impreciso y no inquietaba. De hecho, era el visitante el que tenía las más claras, como a los 24, cuando Ariel Chávez recibió un mal rechazo en el área y remató por arriba del travesaño. Los minutos pasaban y Almagro comenzaba a retrasarse y le cerraba los espacios a un Quilmes nervioso, inconexo y que no lograba inquietar, más allá de algún que otro desborde de Francisco Ilarregui. En los instantes finales la historia no cambió, no hubo mejoría ni situaciones de peligro hasta que se terminó el primer tiempo. La visita lo ganaba bien porque Quilmes jugaba muy mal, sin reacción, ante un rival que hasta ahí era sólido, más inteligente y efectivo.

OTRO ERROR, OTRO GOL Y EL FINAL MENOS DESEADO
En la segunda etapa, Felipe Cadenazzi entró por Sebastián Romero para sumar más poderío ofensivo. Y a los 2 minutos, Quilmes llegó clarísimo: corner desde la izquierda de Nicolás Castro, la peinaron en el primer palo y en el segundo, abajo del arco, Matías Nouet se lo llevó por delante y el balón pegó en la base del palo izquierdo. Y a los 4, el que lo tuvo fue Ilarregui, con un remate de media distancia y el arquero Christian Limousin la sacó por arriba. El Cervecero salía con todo y no dejaba respirar a Almagro, que se metía muy atrás. Iban 8 minutos y Quilmes tuvo otra clara, con un remate de afuera de Miguel Caneo y la pelota rozó el palo derecho. A los 18, Brandon Obregón entró por Nicolás Castro para tener más la pelota. El Cervecero iba a los ponchazos, ya sin claridad, pero seguía llegando, como a los 26, cuando Nouet le dio de aire y Limousin tapó abajo. Pero Almagro no se quedaba, lo iba a buscar de contra y a los 28 casi aumenta cuando una pifia de Tobías Albarracín terminó con la pelota en el palo y al corner. Y de ese corner llegó el segundo. Pelota al área desde la izquierda, salió mal Emanuel Trípodi y de nuevo Bonansea metió la cabeza en anticipo para poner el 2 a 0 a los 29. Almagro liquidaba el partido ante un Cervecero desorientado. Román Strada entró por Nouet a los 34 buscando la profundidad que hasta ahí el equipo no tenía. Y a pesar de las variantes, siguió sin tenerla. En los minutos finales Quilmes fue con más ganas que fútbol ante un Almagro bien cerrado atrás y no pudo inquietar hasta que el juez pitó el final.

LA ESQUIRLAS DE LA DESPEDIDA DE NARDI
La derrota terminó siendo justa. Almagro planteó bien el partido de entrada, aprovechó un error en las marcas y se puso en ventaja de entrada, y después supo aprovechar la desesperación y la falta de ideas del Cervecero. En el segundo tiempo Quilmes salió mejor y decidido a empatarlo, pero el entusiasmo le duró poco porque de nuevo se encontró con sus propios fantasmas y limitaciones, chocaba una y otra vez ante el cerrojo del rival que aumentó cuando aprovechó otro error. El último cuarto de hora fue impotencia pura para terminar con una derrota inevitable.
Como si fuera una prolongación del proceso de Lucas Nardi, Quilmes volvió a ser un cúmulo de errores, imprecisión e ineficacia, como en los últimos partidos. El DT saliente, que dejó al equipo a dos días del partido, dejó la mecha encendida y la bomba le explotó a Leonardo Lemos en las manos. Sólo resta esperar que desde hoy, con una semana desde el inicio del entrenador interino, Quilmes respire nuevo aire, cambie la cara y le gane a Instituto en Córdoba. Aunque hoy por hoy, parece más un sueño que algo posible.