Como contra Gimnasia de Jujuy. Quilmes se enfrentó el pasado sábado como visitante, en el estadio municipal “General San Martín” de Tandil y con el arbitraje de Gerardo Méndez Cedro, ante un adversario que no fue arrollador ni mucho menos. Sin embargo, El Cervecero cometió errores defensivos que no venía teniendo, Santamarina los aprovechó y más allá de que pudo descontar dos veces, no le alcanzó para evitar la caída.
El partido comenzó con parejo, con los dos estudiándose. Pero a los 3 minutos de juego sucedió algo impensado: toque atrás comprometido de Augusto Max para Juan Larrea, que no pudo controlar la pelota, interceptó Leonel Pierce, que quedó mano a mano con Emanuel Trípodi y definió para el 1 a 0. Error y baldazo de agua fría cuando en el partido no pasaba nada. Quilmes trataba de reaccionar pero no era preciso, y más allá de algunos desbordes de Román Strada o Francisco Ilarregui, no era profundo. El local, en cambio, era más práctico. Y a los 25 minutos hizo el segundo. Pase frontal en cortada de Ezequiel Barrionuevo, salió y erró al cálculo Tobías Albarracín y en el área, solo, recibió Martín Michel y metió un bombazo para el 2 a 0. Dos errores y dos goles, más allá de que Santamarina era un poco más y ganaba bien. De a poco Quilmes comenzaba a meterse en campo rival aunque sin llegar claro. La defensa no estaba segura y en ataque tampoco había precisión ni claridad. Así, los minutos pasaron con el local dominando hasta que se terminó la primera etapa. Santamarina ganaba bien ante un Quilmes que estaba jugando su peor partido en el torneo hasta ese momento.

Una ilusión que duró poco
En la segunda etapa, Quilmes empezó de la mejor manera. Tiro libre en forma de centro desde la izquierda al minuto, cabeceó Felipe Cadenazzi y clavó la pelota contra el palo izquierdo: 2 a 1. El Cervecero descontaba casi a la salida del vestuario y empezaba a manejar las acciones en busca del empate. Sin embargo, a los 11 minutos, otra sorpresa: pelotazo largo del arquero Joaquín Papaleo, Martín Michel recibió solo, la paró con el pecho, giró, remató de muy lejos y la pelota se le escapó a Trípodi contra el palo izquierdo: 3 a 1. Santamarina empezaba a liquidar el partido cuando El Cervecero se acercaba al empate. A los 17 ingresó Enzo Acosta por Román Strada, que sigue sin entrar en ritmo. Y a los 26, Matías Tissera entró por Francisco Ilarregui. Quilmes manejaba la pelota pero Santamarina se cerraba bien y jugaba de contra. Pero a los 39, una buena combinación terminó en otro descuento. Proyección de Federico Álvarez por el medio, abrió a la izquierda para Acosta, centro y en el primer palo anticipó de cabeza Tissera para poner el encuentro 3 a 2. En los minutos finales El Cervecero fue con todo en busca del empate. Jugado por jugado, a los 43 entró Matías Nouet por Braian Lluy. Quilmes lo buscó desesperadamente una y otra vez pero no logró acertar, y el partido se fue en derrota. 

Los errores se pagaron caros
La caída fue justa. Después de haber jugado en la fecha pasada uno de los mejores partidos en el torneo, Quilmes retrocedió varios casilleros, involucionó y cometió muchos errores en Tandil. Fallaron los centrales y el arquero, que venían siendo lo más firme del equipo. Y en ataque, nuevamente faltó volumen de juego, no hubo claridad en la tenencia pero con algunos aciertos de los delanteros pudo ponerse a tiro del empate, pero no le alcanzó. 
Una caída dura porque fue ante un rival que simplemente fue práctico al aprovechar los errores que cometió El Cervecero en defensa. Además, no se pudieron recuperar los dos puntos que se perdieron de local con Estudiantes de San Luis, y así Quilmes terminó sumando apenas una unidad de las últimas seis. Una tarde para el olvido con un rendimiento que deberá mejorar mucho de cara al choque ante Nueva Chicago.