En el Estadio Centenario se respiró una sensación de injusticia. Quilmes empató sin goles ante Estudiantes de San Luis en un partido en el que fue más, manejó mejor la pelota y generó muchas situaciones de gol, pero no las pudo meter. Además, el rival jugó todo el segundo tiempo con un hombre menos y El Cervecero no lo aprovechó.
El partido comenzó con Quilmes protagonista, manejaba la pelota, era profundo y metía Estudiantes en su campo. A los 7 minutos tuvo la primera clara, con un corner desde la izquierda de Miguel Caneo, cabeceó Juan Larrea y la pelota se fue apenas afuera. Los minutos pasaban y Quilmes era más. Si bien le costaba iniciar el juego desde su campo por la presión del rival, cuando pasaba esa zona le imprimía velocidad, sobre todo en la izquierda con la dupla Federico Álvarez - Francisco Ilarregui. El dominio seguía siendo del Cervecero, manejando la pelota en el medio en los pies de Sebastián Romero, ante un rival que de a ratos intentaba ir a buscar pero que no superaba los tres cuartos de cancha. En los minutos finales, Estudiantes logró salir del asedio y con una buena presión se acercó al arco cervecero aunque sin generar peligro. El que sí llegó claro fue Quilmes, que a los 40 tuvo otra con pelota parada: corner de la izquierda de Ilarregui, pifió Felipe Cadenazzi y Larrea le dio por bajo pero la encontró el arquero Facundo Lupardo. Y a los 42 luego de una contra, Ilarregui recibió solo en el borde del área pero remató apenas arriba. En el final Quilmes siguió insistiendo sin fortuna hasta que se terminó la primera etapa. Si bien el resultado era empate, por situaciones y manejo, El Cervecero merecía algo más.

NO APROVECHO EL HOMBRE DE MAS
En la segunda mitad, la visita salió a presionar más adelantado y a Quilmes le costaba salir. Pero a los 13 minutos, un codazo de Facundo Quiroga sobre Sebastián Romero le valió la expulsión y Estudiantes se quedó con diez. A partir de ese momento, El Cervecero volvió a manejar el trámite del partido y el visitante retrocedió decidido a jugar de contra. A los 20 y buscando más dinámica en ataque, Enzo Acosta entró por Román Strada. Y a los 25 Quilmes llegó clarísimo: corner de la izquierda, peinaron la pelota en el primer palo y en el segundo le dio Chirola abajo del arco, y dio en el poste. El Cervecero era mucho más y estaba cada vez más cerca de la apertura del marcador. Iban 32 cuando entró Brandon Obregón por Chirola Romero para darle nuevo aire al medio. Estudiantes se cerraba bien y Quilmes se empezaba a nublar y no encontraba los caminos. A los 35, El Cervecero tuvo una clarísima, cuando Caneo definió con Lupardo adelantado, el rebote le quedó a Obregón y de afuera del área con el arco libre, la tiró por arriba. Matías Tissera ingresó por Felipe Cadenazzi a los 36 para quemar los últimos cartuchos. En los minutos finales Quilmes fue con todo y tuvo otra muy clara, con un cabezazo de Federico Álvarez, pero la pelota se fue rozando el palo derecho. Esta fue la última, porque el juez pitó el final y el encuentro se fue en empate.

SOLO LE FALTO METERLA
La igualdad fue injusta. En el que posiblemente haya sido el mejor partido de Quilmes en lo que va del torneo, a los dirigidos por Lucas Nardi sólo les faltó mejorar la puntería. El Cervecero tuvo más la pelota, pudo ser protagonista, generó muchas situaciones de gol pero no la pudo meter. Y a diferencia de los encuentros anteriores, donde no jugó bien y ganó sin merecerlo, esta vez la suerte le fue esquiva y se quedó con mucho menos de lo que debió llevarse.
Un empate con sabor a derrota, porque Quilmes dejó pasar la posibilidad de seguir ganando en casa, donde se venía haciendo fuerte, ante un rival que sólo se defendió. Más allá de esto, se celebra la mejoría en el juego y en la generación de peligro, algo que no venía sucediendo. De cara a lo que viene, al menos es un punto positivo.