Quilmes volvió a perder, y esta vez, quizás dejando la peor imagen hasta ahora. Fue anoche en el “Norberto Tomaghello” ante un Defensa y Justicia que lo volvió a jugar como si fuera un clásico, frente a un equipo que nunca estuvo a la altura. Con un planteo mezquino, con un solo delantero y metido atrás, El Cervecero aguantó ochenta y cinco minutos hasta que le convirtieron.

El partido comenzó con Defensa siendo protagonista ante un Quilmes que presionaba en el mediocampo e iba rápido de contra con espacios, con Federico Andrada y con los dos volantes externos, Gastón Bottino y Matías Orihuela. Justamente Orihuela tuvo la primera de riesgo a los 10 minutos, cuando entrando al área remató abajo y tapó el arquero Gabriel Arias. El local dominaba las acciones pero sin llegar claro, Quilmes cortaba y trataba de ir aunque sin demasiada profundidad tampoco. Así volvió a llegar a los 30, con un centro desde la derecha que se cerró de Matías Pérez Acuña y la pelota se fue cerca. Y a los 31, El Cervecero tuvo la más clara, cuando tras una mala salida del fondo de Defensa, recuperó Bottino, tocó para Andrada y el delantero, mano a mano, definió inexplicablemente afuera. El local llegó recién a los 37, con un disparo bajo de Agustín Bouzat pero tapó César Rigamonti. Y a los 39, la más clara: Bouzat metió un centro que se cerró, Rigamonti la tocó, la pelota pegó en el travesaño y Matías Sarulyte la sacó sobre la línea. Iba a haber tiempo para otra de Defensa, con un remate de Andrés Ríos apenas arriba. Esa fue la última, porque se fue la primera mitad con un empate que hasta ahí era justo, con un mayor dominio del local pero con situaciones para los dos.

Se metió muy atrás y lo pagó caro
En la segunda etapa el local salió más decidido y al minuto llegó, con un corner de la derecha, definió Andrés Ríos en el primer palo pero tapó Rigamonti. Quilmes se metía cada vez más atrás, y Defensa se le fue al humo, no lo dejaba salir de su área, y así, a los 11 tuvo una clarísima, con varios remates y rebotes, y entre Rigamonti y defensores que la sacaron en la línea, El Cervecero se salvó de manera increíble. Entró Brandon Obregón por Lucas Carrizo, que estaba amonestado y jugando de volante, y un rato más tarde, Matías Escobar reemplazó a Bottino, que extrañamente se paraba de media punta. Defensa seguía llegando, pero a los 29 Quilmes tuvo una de contra, con un centro pasado de Gabriel Ramírez de la derecha, la paró Maximiliano González, remató abajo y el arquero Gabriel Arias mandó la pelota al corner. A los 37 Francisco Ilarregui ingresó por un agotadísimo Andrada. “Tico” se paró solito contra los tres defensores del Halcón. Defensa seguía yendo y a los 39, como no podía ser de otra manera, se puso en ventaja. Falta a Gabriel Ramírez en ataque no sancionada, contra de Defensa, no supo rechazar la pelota Adrián Calello, perdió con Bouzat, le quedó a Ignacio Rivero que tocó al medio, le dio el ingresado Tomás Pochettino del borde del área y clavó la pelota contra el ángulo derecho. Defensa pasaba a ganarlo de manera merecida. Para colmo y a los 49, Ilarregui se fue expulsado por una agresión a un rival. Y de contra, a los 50, de nuevo Pochettino definió tras un pase de Gonzalo Castellani y puso el 2 a 0. Fue la última y así se terminó el partido.

Una caída esperable
La derrota fue justa. Quilmes jugó todo el partido decididamente a defenderse, sobre todo en la segunda etapa, cuando los cambios del DT Cristian Díaz terminaron con el equipo todo metido atrás y con sólo Francisco Ilarregui en posición de ataque. Así, por decantación y gracias a una invitación del propio Quilmes, Defensa y Justicia terminó ganando el partido. La idea del entrenador fue, como se dio en el primer tiempo, que El Cervecero lo esperara en el mediocampo, cortara y saliera de contra. Pero en la segunda mitad, los cambios fueron metiendo cada vez más al equipo en su campo, diez de los once se refugiaron en su propia área hasta que llegó el tanto de Defensa.
Otra derrota más que hunde a Quilmes en la zona del descenso, de cara al partido del próximo domingo de nuevo ante Defensa. Una revancha para levantarse del mal trago de anoche. Aunque con un planteo como el que se vio en Varela, será muy, pero muy complicado.