No hay caso. La racha negativa de Quilmes no se corta, se siente quien se siente en el banco de los suplentes. Ayer debutó Cristian Díaz como nuevo DT ante Colón de Santa Fe en el Estadio Centenario, tras la salida de Alfredo Grelak. El equipo mostró una mejoría, mejor actitud y mayor juego colectivo. Pero un error hizo que todo terminara con el resultado habitual: derrota.
El partido empezó con un Quilmes metido, concentrado, que intentaba plantarse en campo rival y que intentaba ser profundo. El doble enlace compuesto por Federico Andrada y Franco Negri se mostraba activo y no dejaba salir a un Colón que apenas iba con pelotazos a sus delanteros. De a poco El Cervecero se iba adelantando y metía a la vista contra su arco, que no lograba salir, aunque le faltaba acertar en los últimos metros. Lo tuvo Gabriel Ramírez con un disparo de afuera y la pelota rozó el ángulo izquierdo. Después estuvo cerca Federico Andrada, cuando recibió solo con el arquero adelantado, definió mal por arriba y la pelota se fue lejos. También casi convierte Rodrigo Contreras, tras una gran jugada colectiva con toques de primera, un centro rasante y el atacante se terminó llevando la pelota por delante. Con el correr del tiempo Quilmes era mucho más, tocaba bien de primera y le faltaba la última puntada, sin embargo, a los 38 y cuando menos lo merecía, Colón se puso en ventaja. Centro desde la izquierda de Facundo Pereyra, la defensa se quedó clavada en línea, Diego Vera picó ¿habilitado? y metió el cabezazo cambiándole el palo a César Rigamonti: adentro y 1 a 0. Quilmes recibió el golpe y no pudo reaccionar en los minutos finales, hasta que se terminó la primera mitad. El resultado era injusto, porque si bien El Cervecero no había llegado claro, dominaba y era más, y casi no pasaba sobresaltos en el fondo. En la única en la que se durmió, lo pagó caro.

NERVIOS, DESORDEN Y FALTA DE IDEAS
En la segunda mitad Quilmes salió más impreciso, con más nervios y presión. Aún así se adelantaba en el campo para buscar la igualdad, más allá de que Colón se cerraba bien y El Cervecero no encontraba espacios. A los 15 minutos entró Francesco Celeste por Maximiliano González buscando más dinámica del medio hacia adelante. A los 23, Nicolás Benegas reemplazó a un acalambrado Rodrigo Contreras y a los 25, Facundo Coria entró como enlace por Franco Negri. Los cambios no le daban claridad a un Quilmes confundido, que iba sin ideas, pero la visita se cerraba bien y salía de contra. Y a los 26, Colón tuvo una clarísima, cuando tras un centro bajo desde la derecha, Diego Vera quedó solo ante Rigamonti y terminó rematando desviado. Quilmes iba una y otra vez pero sin claridad ni precisión, y no generaba una sola situación de peligro. Colón esperaba y salía rápido, como a los 47, cuando el ingresado Christian Bernardi se fue mano a mano y tapó de nuevo Rigamonti. En los instantes finales todo fue desesperación e impotencia, hasta que se terminó el encuentro.

LA RACHA INTERMINABLE
La derrota quizás fue injusta, pero fue derrota al fin. Quilmes tuvo otra actitud, otras ganas, en el primer tiempo fue más, jugó mejor que su rival, hizo buenas combinaciones, se mostró activo en lo colectivo pero le faltó acertar en los últimos metros. En la única falla le hicieron el gol. En la segunda etapa El Cervecero cayó en la presión del resultado adverso y en la desesperación. Colón se cerró atrás y no dejó espacios, ante un conjunto cervecero que si bien fue a buscar permanentemente, nunca tuvo claridad ni ideas para poder generar peligro y mucho menos para llegar al empate.
Sexta derrota consecutiva y novena de los últimos diez disputados, una racha que no se corta y que acerca peligrosamente al Cervecero a la zona del descenso. Debut de Cristian Díaz como DT que todavía no pudo modificar la historia en los resultados, pero que al menos le imprimió otra impronta al equipo, aunque todavía no se haya visto reflejado en el marcador final. La nueva oportunidad será el sábado ante Banfield.