Otra derrota, la tercera consecutiva y otra vez con tres goles en el arco propio. Encima, en una fecha en la que ganaron todos los rivales directos. Quilmes volvió a jugar un primer tiempo de manera aceptable y muy mal en el segundo. Errores que se repiten con un Alfredo Grelak que no le encuentra la vuelta. Preocupante.
El partido empezó con un Quilmes decidido a buscar el triunfo, ante un conjunto local que también intentaba. La iniciativa era del Cervecero, que a los 4 minutos llegó claro, con un centro bajo desde la derecha de Federico Andrada, no llegó Sebastián Pinto y en el segundo palo apareció Franco Negri, que definió mano a mano y tapó el arquero Cristian Lucchetti. El partido era parejo y entretenido, Quilmes asumía de entrada el protagonismo pero los tucumanos no se quedaban.

A los 19 minutos y por un esguince en el tobillo izquierdo, Franco Negri dejó la cancha y fue reemplazado por Gastón Bottino, que se ubicó en la derecha y Nicolás Da Campo pasó a la izquierda. Quilmes era más, con Da Campo en la izquierda y las subidas de Matías Orihuela el equipo tenía más juego pero le faltaba claridad en ataque. El local la tenía menos pero era más punzante, y tuvo dos claras, como con el remate de Rodrigo Aliendro que tapó César Rigamonti, o el cabezazo de David Barbona abajo del arco, pero la pelota se fue por arriba. A los 34 el que lo tuvo fue Fernando Zampedri, y volvió a tapar Rigamonti.

Parecía que el primer tiempo se iba en empate, pero a los 43, Atlético Tucumán abrió el marcador: corner cerrado de la izquierda de Barbona, Zampedri anticipó a Rigamonti de cabeza y puso el 1 a 0. A los 46 lo tuvo Sebastián Pinto, con un remate cruzado, pero la pelota se fue cerca. Esa fue la última. El primer tiempo se fue con un triunfo del local algo exagerado, porque por el trámite y situaciones, el empate era lo más justo.

OTRO SEGUNDO TIEMPO DE TERROR
En la segunda mitad, Quilmes salió decidido a buscar el empate, pero en su primera llegada, el local hizo el segundo. Fue a los 4 minutos, cuando David Barbona le pegó débil y rasante, pero la pelota se desvió en Gabriel Ramírez, descolocó a Rigamonti y adentro: 2 a 0. El Cervecero recibía otro cachetazo y las esperanzas de sumar en Tucumán empezaban a desvanecerse. Con el correr de los minutos, los tucumanos comenzaron a retroceder, a cerrarse y a dejarle la pelota a Quilmes, que como viene sucediendo en los últimos partidos, no tenía la menor idea de qué hacer para generar peligro cuando está en desventaja. Los jugadores no tenían ideas y el DT Alfredo Grelak, menos. El equipo tocaba para los costados sin encontrar la forma de penetrar a un bien cerrado Atlético, y desde el banco no llegaban cambios como para buscar otras alternativas. Recién a los 29 entró Nicolás Benegas por Sebastián Pinto, nueve por nueve buscando más aire adelante. Quilmes iba sin ideas ni claridad, y Atlético, de contra, hizo el tercero.

A los 40, se escaparon a toda velocidad, Aliendro para Zampedri, centro atrás desde la derecha y Luis Rodríguez definió para el 3 a 0. Con ese gol se liquidó la historia. A los 46 entró Ismael Benegas por Gabriel Ramírez, en un cambio sin sentido. En los minutos finales El Cervecero sólo esperó a que se terminara el partido ante un rival que controló el juego, hasta que llegó el pitazo final.

UN ABISMO SIN FONDO
La derrota fue justa. Al igual que le ha sucedido anteriormente, Quilmes hizo un buen primer tiempo, con dominio de pelota y situaciones generadas. Sin embargo no las aprovechó, y antes de irse al vestuario, le volvieron a convertir de pelota parada. En la segunda etapa, el gol tempranero de los tucumanos descolocó todo. El Cervecero volvió a ser un cúmulo de buenas intenciones y malas decisiones, no tuvo ideas ni claridad y, a pesar de los cambios tardíos de Grelak, el equipo nunca pudo acercarse al arco rival ni generar peligro. Y como siempre, de contra le volvieron a convertir.

Tercera derrota consecutiva y de nuevo con tres goles en contra. El equipo perdió totalmente la memoria y nunca volvió a ser aquél de la buena racha que se cortó ahora hace tres encuentros. Quilmes volvió a jugar un pobre partido, principalmente en el segundo tiempo, con un Grelak que sigue sin encontrar la forma de revertir los resultados adversos adentro de la cancha. Una caída libre que debe frenarse el lunes ante otro rival directo: Temperley.