El Cervecero perdió anoche como local por 3 a 1 ante Sarmiento de Junín, por la duodécima fecha del Campeonato 2016/2017 de Primera División. Luego de un gran primer tiempo, el equipo jugó pésimo en el segundo y cayó.
Inexplicable. Ante un rival directo, en un partido de seis puntos, Quilmes salió a jugar ante Sarmiento como una verdadera final. Así, lo metió contra un arco, le generó siete situaciones claras y le ganaba 1 a 0. Encima, la visita se quedaba con uno menos por la expulsión de Renzo Spinaci. En la segunda mitad, El Cervecero hizo todo mal, y la visita lo dio vuelta, para ganar 3 a 1.
El partido empezó con Quilmes decidido a "comerse" a su rival, lo presionaba bien adelante, no lo dejaba salir y le generaba situaciones. Primero lo tuvo Gabriel Ramírez con un remate apenas desviado, y luego con una media vuelta de Matías Escobar en el área y tapó bien el arquero Julio Chiarini. A los 12 minutos, la más clara: pase de Matías Orihuela a Federico Andrada, centro desde la izquierda por encima del arquero y Sebastián Pinto, solo, cabeceó afuera.
Y a los 14 minutos llegó la apertura del marcador: Gabriel Ramírez encaró por el medio, tocó para Pinto, que le devolvió de taco y el volante, mano a mano, definió con un remate abajo. Quilmes ganaba 1 a 0 cuando era más y lo merecía. A los 18, otra: pelotazo de César Rigamonti, Andrada ganó con el cuerpo, remató cruzado y la pelota se fue rozando el palo derecho.
Iban 23 cuando El Cervecero volvió a llegar, con un centro desde la derecha de Matías Pérez Acuña, cabeceó Pinto y la pelota se fue cerca. La visita llegó recién a los 28 con un bombazo de Gonzalo Di Renzo y tapó bien César Rigamonti, y en la jugada siguiente, centro pasado y de nuevo Di Renzo, solo, la tiró afuera. Y a los 36, un remate de Adrián Balboa hizo estirar a Rigamonti.
De a poco la visita equilibraba las acciones. A los 38 y por una falta a Diego Colotto, Renzo Spinaci vio la segunda amarilla y se fue expulsado. Aún así Sarmiento fue y dejó espacios, y a los 46 Quilmes tuvo otra clarísima, con un centro atrás en el área de Nicolás Da Campo desde la derecha, remate de Pinto y tapó Chiarini. Esa fue la última, porque se terminó el primer tiempo. El Cervecero ganaba bien y por situaciones, merecía que la diferencia fuera mayor.
EL COMPLEMENTO MENOS PENSADO
En la segunda mitad Quilmes salió decidido a aumentar pero sin claridad, y la visita, aún con uno menos, se adelantó en el campo para empatar. Y a los 9 minutos lo consiguió. Tiro de esquina desde la izquierda de Kevin Mercado, cabeceó Alexis Nis y la pelota entró pegada al palo izquierdo: 1 a 1. El gol fue un baldazo de agua fría y a Quilmes le costó reaccionar. De a poco, la visita, con el punto y el jugador menos, se fue metiendo atrás. El Cervecero no lograba entrar, por eso a los 19 ingresó Facundo Coria por Da Campo, tratando de abrir a una defensa muy cerrada. Y a los 27, Enzo Acosta reemplazó a Gabriel Ramírez, que se fue golpeado. Así, Acosta fue a la derecha y Coria se paró como volante central de salida. Quilmes iba sin ideas ni claridad, y Sarmiento esperaba cerrado y aguardando alguna contra. Y esa contra llegó a los 33, con una corrida larga del ingresado Leandro Díaz, que pasó entre tres jugadores del Cervecero, definió, tapó Rigamonti y el rebote le volvió a quedar a Díaz, que entre el arquero y Matías Sarulyte empujó la pelota al fondo del arco. Sarmiento ganaba 2 a 1 con nada y obligaba a Quilmes a ir desesperado. A los 36 entró Nicolás Benegas por Matías Pérez Acuña arriesgando todo por el todo. A los 39, El Cervecero llegó con un remate de afuera de Franco Negri, y tapó bien Chiarini. Pero de nuevo fue sin ideas, y los 44, con otra contra, Díaz aumentó y liquidó el partido: 3 a 1 y final.
UN GOLPE INEXPLICABLE
El partido lo perdió Quilmes por mérito propio. Después de haber hecho un gran primer tiempo, con manejo de pelota, dominio y una enorme cantidad de situaciones de gol, todo cambió en el segundo. Aún con un jugador más por la expulsión de Spinaci en el rival, El Cervecero durmió en una pelota parada y la visita lo empató. Y a partir de allí, todo fue caos, desorden, falta de ideas y de inteligencia. Cada cambio no hizo más que acercar más desorden a un equipo que nunca encontró los caminos y que, de contra, recibió dos cachetazos que le liquidaron la historia.
Durísima derrota, segunda consecutiva, seis goles en contra en dos partidos y la inexplicable razón por la cual Quilmes hizo un gran primer tiempo once contra once, y un pésimo segundo cuando tuvo un hombre más. Trabajo para el psicólogo_
