El punto que logró Quilmes anoche en el estadio “15 de Abril” tiene mucho valor. Primero, porque se obtuvo en una cancha difícil. Segundo, porque el partido empezó con un resultado adverso. Y tercero, porque los dirigidos por Alfredo Grelak venían de sumar de a tres en casa ante Olimpo. Por ello y luego de una fecha en la que varios rivales directos sumaron, El Cervecero hizo lo propio. De a uno, pero sirve.
De entrada el partido era parejo y dinámico, con los dos yendo a buscar. El local era un poco más incisivo y profundo, ante un Cervecero que apostaba más a la contra, aunque ninguno de los dos llegaba claro. Apenas dos aproximaciones hubo en los primeros minutos, una para cada uno: un remate sin ángulo de Lucas Gamba que tapó abajo César Rigamonti, y un disparo de afuera de Matías Escobar apenas desviado. Pero la primera realmente clara fue de Unión, y terminó en gol. Iban 12 minutos, corner desde la derecha de Mauro Pittón, cabezazo de Leonardo Sánchez y adentro: 1 a 0. Una pelota parada, una desatención y Quilmes lo perdía desde temprano. Tocado en su orgullo, El Cervecero lo fue a buscar, y a los 25 minutos lo empató. Pelota aérea en el área que tras un pique tomó un efecto extraño, el defensor Nahuel Zárate la tocó con el brazo y el juez dio penal. Federico Andrada le dio suave al palo derecho y puso el 1 a 1. Quilmes lo empataba con justicia y remediaba los errores del inicio. El partido se emparejaba y por momentos, El Cervecero era más, hacía buenas combinaciones y llegaba, como a los 36, cuando luego de tres toques consecutivos, el arquero Nereo Fernández le tapó un mano a mano a Matías Orihuela. En los minutos finales terminó mucho mejor Quilmes, plantado en campo rival, pero no pudo generar peligro y se fue la primera etapa. El empate, hasta ahí, estaba bien.

Pocas emociones y un resultado que no se modificó a pesar de los cambios
En la segunda mitad, El Cervecero salió con la idea de ser dominador del juego, y por momentos lo conseguía, obligando a su rival a meterse en su campo y a jugar de contra. Sin embargo, la primera clara del complemento fue del local, con un remate de Gamba a los 18 que tapó Rigamonti, manotenado la pelota por arriba del travesaño. A los 23 y buscando más claridad en el medio, entró Facundo Coria por Enzo Acosta; y seis minutos después, Sebastián Pinto reemplazó a Nicolás Benegas en el ataque. A pesar de los cambios, con el correr del tiempo era Unión el que comenzaba a manejar más la pelota en busca del triunfo, ante un Quilmes que se defendía bien. El local llegó a los 37 con un remate de Nelson Acevedo que se fue cerca. A los 45 y para defender las últimas pelotas, Gastón Bottino ingresó por Federico Andrada. En los minutos finales y empujado por sus hinchas, Unión lo buscó con mucha gente pero con poca claridad, ante un Cervecero que se cerró y aguantó bien, hasta que se terminó el encuentro.

Un punto que vale oro
El empate terminó siendo justo. Porque si bien empezó mejor el local, en el primer tiempo fue un poco más Quilmes, a pesar de que había empezado en desventaja en el marcador. Desde la recuperación de Matías Escobar, el manejo de Nicolás Da Campo, las proyecciones de Matías Orihuela y la buena movilidad de Federico Andrada y Nicolás Benegas, El Cervecero logró tener momentos de buen juego hasta lograr el empate, pudiendo incluso haber aumentado. En la segunda etapa el trámite fue más parejo, y en los minutos finales fue más la visita, aunque sin ser clara ante un Quilmes que se aferró al punto, manejó los tiempos y defendió bien.
Buen resultado que sirvió para seguir sumando. Cuatro puntos de los últimos seis en juego. El Cervecero sumó en una cancha complicada y en una jornada en la que muchos de los rivales directos en la pelea por no descender lograron buenos resultados. Empate valioso para seguir trabajando con la mejor confianza de cara a lo que se viene, que será nada más ni nada menos que Lanús.