Anoche en el estadio "Alberto J. Armando", no hubo equivalencias. Al menos en la primera media hora de juego. El 4-5-1 con el que salió a jugar Quilmes, con Enzo Acosta y Federico Andrada marcando en las bandas, fue una invitación para que Boca aprovechara y lastimara una y otra vez por los costados. Así, en veinticinco minutos de juego el partido estuvo liquidado. Preocupante.

El encuentro empezó con Boca manejando la pelota y jugando en campo cervecero, y a los 6 minutos ya se puso en ventaja. Centro pasado desde la izquierda de Jonathan Silva, la pelota cruzó toda el área y le quedó en el segundo palo a Gino Peruzzi, que la metió por bajo, Darío Benedetto anticipó de taco y definió para el 1 a 0. Quilmes, desordenado y sin contención en los laterales, perdía de entrada. El local seguía dominando ante un Cervecero que esperaba. Pero a los 12 llegó el empate. Porque el local se adelantaba, y Quilmes lo aprovechó: pelotazo largo de Diego Colotto a la espalda de Peruzzi, desborde por izquierda y centro atrás de Matías Orihuela, y Nicolás Da Campo definió abajo, contra el palo izquierdo. Con el 1 a l, El Cervecero despertaba y se animaba, y a los 15 volvió a llegar, con un corner de la izquierda, cabeceó Colotto en el segundo palo y la pelota se fue apenas afuera. Más allá del empate, Quilmes seguía sufriendo en las bandas. Y a los 17, el local hizo el segundo, aunque no por los costados, sino con un gol de otro partido: pelota para Benedetto, que de muy lejos le dio de media vuelta, metió el bombazo y la clavó en el ángulo derecho: 2 a 1. El gol agrandó a Boca, que a los 23 hizo el tercero, con una gran habilitación de taco de Benedetto para Ricardo Centurión, que mano a mano definió sobre la salida de César Rigamonti: 3 a 1. Y a los 25, otro: desborde de Cristian Pavón, centro pasado y Benedetto le ganó de cabeza a todos, para el 4 a 1. Quilmes llegó claro a los 34, con una contra que terminó con un remate de Enzo Acosta apenas afuera. Más allá de eso, el dominio era todo del local. Con el correr de los minutos, Quilmes volvió al 4-4-2 y mejoró, acercándose al arco rival, aunque no tuvo tiempo para generar peligro y se fue la primera etapa.

CUARENTA Y CINCO MINUTOS DE MÁS
En la segunda mitad, Quilmes salió a buscar el descuento, manejaba la pelota y se metía en campo de Boca. El local, con los tres goles de ventaja, esperaba tranquilo en su campo y jugaba de contra, sin despeinarse. A los 23 minutos, el DT Alfredo Grelak metió dos cambios buscando el milagro: Nicolás Benegas entró por Cristian García y Matías Pérez Acuña lo hizo por Da Campo, y así Bottino pasó a ser volante derecho y Pérez Acuña quedó como lateral. A los 32, el que entró fue Facundo Coria por Federico Andrada. Más allá de las variantes, el segundo tiempo estaba de más y nada cambiaba, Quilmes iba a pura impotencia y Boca esperaba para aprovechar alguna contra, como la que tuvo con el remate de Jonathan Silva, y la pelota pegó en el palo derecho. El tiempo pasó, no hubo emociones, el local terminó en posesión de la pelota hasta que el juez pitó el final.