Debido a los preparativos para la inauguración, que comenzó en la tarde del jueves hasta las 11.30 del viernes, los pasajeros que tomaron el tren en Quilmes no debieron pagar boleto, puesto que las máquinas estaban siendo instaladas en su lugar definitivo. Minutos antes de la hora indicada, los guardias del Roca cerraron el andén provisorio y ya ningún pasajero volvió a esperar el tren allí. 



La obra de elevación de andenes comenzó en noviembre último, por lo que llevó cerca de 7 meses de trabajo. El proyecto incluyó la puesta en valor del edificio de la estación quilmeña, que fue totalmente pintada, y todo el sector comercial lindante a la vía férrea. Estas tareas continúan actualmente, mientras que los pasajeros ya pueden tomar el tren en donde siempre lo hicieron. 

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Los pasajeros, por su parte, se mostraron conformes con la apertura de la estación definitiva. Al respecto hicieron hincapié en que es “más cómoda, tenemos techo para resguardarnos del clima, bancos y cestos de basura. Además no tenemos que caminar hasta el andén provisorio que quedaba muy a trasmano. Era una deuda pendiente”. 



TECHO HISTÓRICO
Particularmente en Quilmes, uno de los puntos más complicados y controvertidos de la obra fue sin dudas el de la elevación de los techos, puesto que están declarados como patrimonio histórico cultural de la ciudad y no se podían modificar. 



La empresa Pose, encargada del proyecto, resolvió de desarmar la ornamentación en madera, que se encontraba peligrosamente baja con respecto a la nueva altura del suelo, y retirar una de las dos filas de vigas que sostenían las columnas. De este modo ganaron espacio para elevar las arcadas típicas de la estación. No se ha confirmado aún si las ornamentaciones se volverán a colocar.