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Jorge Padula
30/05/2017
El sistema de Trámites a distancia implementado por la Dirección Nacional del Derecho de Autor (en combinación con la AFIP) es incómodo y poco eficiente. No todos podemos tener clave fiscal nivel dos (desocupados, trabajadores en negro, etc. que creamos canciones, poemas o cuentos en nuestro tiempo libre). La clave fiscal no identifica a las personas (y no todas pueden obtenerla). Para ello está el DNI y eventualmente el CUIT-CUIL.

No todos tenemos impresora para bajar la boleta de pago y finalmente ¡De todos modos tenemos que llevar el sobre hasta la sede de la DNDA!

Los turnos por Internet son otra injusticia ¡Solo tres obras inéditas por turno! ¡Y no se pueden obtener dos o más turnos consecutivos! . No todo el mundo vive en la CABA. Algunos residimos en el conurbano, tenemos entre una y dos horas de viaje de ida y otro tanto de vuelta. Pues, si tenemos cinco obras inéditas para registrar deberemos hacerlo dos veces. Y si son siete tendremos que viajar tres veces.

Eso no es modernización. Son trabas para hacer que no registremos nada. Que nos roben las obras. No las declaremos en SADAIC (porque total, si no somos conocidos cobraremos, con suerte 100 o 200 pesos por año) y salgamos del sistema legal.

Si quisieran agilizar realmente diseñarían un formulario único en el cual cargar todos los datos del autor/compositor y luego registrar en el mismo papel, mediante su nombre, entre una y diez o doce obras. Cada una con su sobrecito. Eso sería beneficiar el usuario. O tener una base de datos de autores de modo tal que una única vez se carguen en ella los datos generales de cada uno y luego se añadan las obras.

Así solo perjudican a los autores/compositores. Los empujan a SALIR DEL SISTEMA LEGAL y DEJAR DE REGISTRAR SUS OBRAS para eludir la burocracia.