Según remarcó Dolores De Carli, jefa de Recursos Humanos de la Clínica, la iniciativa surgió a partir de una niña de 6 años que falleció a raíz de un “neuroblastoma”. “Ella era alumna en el Colegio Cimdip de Quilmes y teníamos un cariño especial. La escuela hizo en su momento un evento social y con lo recaudado compraron elementos para que se usaran con un buen fin”, recordó. 

Fue así que les entregaron un “autito” que utilizan para trasladar a los niños con tratamientos crónicos al quirófano con un estrés menor, y una campana que será tocada en forma de “victoria” cada vez que un pequeño paciente oncológico termine el tratamiento curándose. “El agradecimiento a la familia de esta pacientita y al Cimdip es enorme, porque el aporte que hicieron nos permitió tener mas recursos para trabajar por y para los chicos”, resaltó De Carli.



Pero sin duda las estrellas de estos tratamientos son “Felipe” e “Isabela”, los dos muñecos que adquirieron luego de participar en el Congreso Nacional de Pediatría de la ciudad de Rosario, los cuales poseen una apertura para mostrarle a los chicos los órganos que cada uno tiene dentro y explicarles qué es lo que se les hará.

“Esto se utiliza para la psicoprofilaxis pre-quirúrgica, para que los chicos pierdan el miedo de entrar al quirófano. Tratamos de darles de este modo un ámbito para que, si bien están transitando a veces por enfermedades graves, puedan estar contenidos”, señaló María Estela de Carli, coordinadora de Internación Pediátrica.  



SONRISAS
A esto se suma la labor de los “Payamédicos” que se incorporaron a este trabajo y acuden todos los sábados en forma regular para aportar su granito de arena. “Es un trabajo ad honorem que surgió de un grupo de gente que se unió a esto y que con su formación ayudan a sacarles una sonrisa a los pequeños en momentos difíciles”, destacó la Jefa de Recursos Humanos. 

BENEFICIOS
Por su parte, Tamara Ferreiro, Psicóloga de la Institución, explicó que “el objetivo es hacer este transito más llevadero, menguando el estrés y la ansiedad que genera pasar por una intervención quirúrgica o el tránsito por una internación prolongada”. 



“También es respetar el derecho a la información de los chicos, que es algo muy importante, para que sepan qué es lo que les pasa de la manera acorde a su edad. De esta manera se reduce la posibilidad de impacto traumático posterior. Así hay una mejor evolución, respetando este derecho y abordando a los pacientes de manera integral, incluyendo no sólo lo físico sino lo emocional y psíquico”, detalló. 

IMPACTO
El impacto en los pacientes fue evaluado como muy positivo por parte de los profesionales médicos, ya que “se da un vinculo con algo muy cercano a ellos, con lo cual más fácil transmitir la información. Y en un momento de estrés incluir lo lúdico a través de los muñecos y del juego es sacarlos de esa situación, permitirles manifestar la ansiedad, el miedo, la fantasía y ayudarlos a elaborar eso”, indicó la Piscologa.