Ocurrió alrededor de las 8 de la mañana, cuando se encontraba a cargo del templo uno de los sacerdotes. La llave en cuestión era de metal pero tenía color oro, al igual que el estuche metálico en que se encontraba, lo que pudo llamar la atención del hampón. 

Tras notar el faltante, el religioso dio aviso a la Policía y a un móvil de la Patrulla Urbana comunal, a los que brindó la descripción del individuo: vestía pantalón de jean, remera a cuadros y una bolsa de color verde. Asimismo, indicó que el sujeto había escapado por la peatonal Rivadavia. 



Conjuntamente realizaron un rastrillaje hasta dar con el presunto ladrón en el cruce de las calles San Martín y 9 de Julio. Los agentes lo persiguieron, pero el muchacho arrojó el objeto robado y se dio a la fuga. Finalmente, la llave recuperada fue devuelta a la Catedral.