Empresarios reclamaron repensar las relaciones comerciales con el mundo ante la reinstauración del proteccionismo mundial, y pidieron poner en marcha leyes que permitan salir de la crisis local de la mano de la producción y el trabajo nacional a través de las Pequeñas y Medianas Empresas. Industriales Pymes Argentinos (IPA) y la Fundación ProTejer destacaron la importancia de que los legisladores nacionales conviertan en ley las propuestas que están en el documento de ocho puntos entregado hoy en el Congreso y que propone medidas para defender a la producción nacional. La industria convocó a los diputados para hacer oír su diagnóstico por la difícil situación que atraviesan las pymes. 

En su discurso, el presidente del IPA, el berazateguense Daniel Rosato, destacó el éxito de la puesta que tuvo la organización del G20 en la Argentina, y afirmó que el evento sirvió como puerta de entrada de inversiones “para que los capitales extranjeros apuesten por el país en proyectos de desarrollos que generarán puestos de trabajo locales”.

Sin embargo, insistió en la importancia de reactivar la economía local a partir de medidas que le devuelvan competitividad a las Pymes nacionales con el objetivo de que puedan enfrentar “a un mundo que está en el medio de una guerra comercial y que tomó características proteccionistas, de las cuales hay que tomar nota para evitar una apertura que desproteja a los productores argentinos, quienes a su vez encuentran con mercados internacionales cerrados para comerciar”.

“Es importante avanzar hacia el objetivo de ser el supermercado del mundo, como dijo el presidente Macri. Esa tarea se logra con Pymes fuertes, que agreguen valor a las materias primas, en combinación con el agro, para lograr exportar productos industrializados. Por eso es fundamental devolverle competitividad a la fabricación nacional con baja de impuestos, incentivos para producir y exportar, y adecuar el financiamiento para volver a poner en marcha las máquinas que están sin uso en las fábricas”, afirmó.

Rosato también sostuvo: “Tenemos que tener tasas de interés para la producción que estén en línea con las existentes en los países industrializados, porque la única forma de venderle al mundo una manufactura es poniendo las herramientas necesarias a favor de la producción, lo que generará una reacción positiva en el trabajo y se reconstruirá un mercado interno con condiciones de autonomía, sin necesidad de que el Estado aumente su déficit fiscal”.