Esta tradición implica un acto de reciprocidad simbólica a la Madre Tierra, durante la que se abre un hoyo que representa la boca y se depositan los alimentos preparados para esta ocasión especial con la voluntad de “alimentarla”. “Se alimenta a la Madre Tierra para devolver algo de lo que ella nos da. Entonces cocinamos lo mejor y lo ponemos en ese hoyo que simboliza la boca de la madre”, explicó Pablo Quival, uno de los referentes de la comunidad Quilmes. 



A la vez, sostuvo que “hay que asumir un compromiso en el acto de reflexión, para ser mejores personas y al otro año hacer un balance. Se trata de descolonizar nuestras mentes. Queremos visibilizar nuestros conceptos en relación a la naturaleza con el pueblo indígena: la consideramos una madre, un ser vivo que tiene sufrimientos y necesidades. El debate ya comenzó en torno a saber si la tierra es un sujeto o un objeto, y siempre decimos que para nosotros es un ser vivo y tenemos que trabajar para cuidarla”. 



TRADICIÓN
Por su parte, Gregory Sánchez expresó que “este es el momento de agradecerle a la Madre Naturaleza por todo lo que nos ha brindado en el transcurso del año. Hace 26 años que hacemos esta ofrenda en la Plaza San Martín y es el primer distrito donde ocurre, porque anteriormente tanto las autoridades como el mismo ciudadano de Quilmes desconocía estas tradiciones”. 

Y agregó: “Recordemos que acá donde tenemos la huaca existía un cementerio, aquí están los restos de nuestros hermanos quilmes. Entonces debemos tener respeto a nuestros antepasados que yacen en este lugar”.