En uno de los últimos entrenamientos del torneo pasado se rompió los ligamentos cruzados de la rodilla izquierda. Con seis meses por delante para recuperarse, Horacio Ramírez volverá el lunes al trabajo con la ilusión de que Quilmes pueda volver a Primera. El arquero habló del campeonato que se viene, de su lesión y de cómo deben armarse para la B Nacional.
Horacio Ramírez espera la vuelta al trabajo con mucha ilusión. El arquero cervecero dijo que “uno termina las vacaciones y ya tiene ganas de volver, sobre todo porque dos días antes de terminar me pasó lo de la lesión y uno quiere recuperarse cuanto antes. Pero bueno, ahora hay que meterle, va a ser duro pero son cosas que pueden pasar. Tuve la mala suerte de que me sucediera a dos días de las vacaciones en un trabajo táctico en el que faltaba un jugador y justo me pusieron a mí. Tuve la desgracia de romperme los cruzados. Mucha mala suerte, nunca me había pasado, pero son cosas del destino, a veces las cosas pasan por algo. Yo tenía muchas ganas de seguir en Quilmes para tener revancha después de no haber logrado el objetivo, aunque no de esta forma. Pero bueno, ojalá que cuando me toque volver lo pueda hacer con todo”.

- ¿Qué tipo de torneo es la Primera B Nacional basándote en tu experiencia?
- Es un torneo duro, yo lo conozco bien. Sobre todo de visitante cuesta bastante. Y nosotros vamos a tener la obligación de pelear arriba, porque Quilmes es un club grande y necesita ascender, así que se va a tratar de armar seguramente como para hacerlo. Es clave armar un buen plantel, siempre hay que tener jugadores de experiencia para rodear a los chicos, que tenemos muchos, y avisarles que ya no son chicos, por algo están en un plantel de Primera. Obviamente que hay que sacarles presión, que la tienen que tener los más grandes, pero al mismo tiempo hay que darles responsabilidades adentro y afuera de la cancha, porque esto es todos los días.

- ¿Hoy a la distancia entendés por qué perdieron la categoría?
- Por un montón de cosas. Creo que pedimos muchos puntos sobre la hora, si hoy hacemos un balance y contamos los puntos que se nos escaparon al final fueron siete u ocho, y es muchísimo. Con esos puntos nos hubiéramos salvado. Perdimos muchos partidos sobre la hora, muchos que no podíamos perder, sobre todo en el segundo semestre, que fue cuando más nos costó. El balance colectivo obviamente terminó siendo negativo porque no logramos el objetivo. Pero el personal fue bueno por la experiencia y por el grupo que se armó. No pude tener minutos, pero fue porque el nivel de César (Rigamonti) fue muy bueno. Él nos potenció a nosotros en los entrenamientos, en el día a día, y ayudó a que les hicieran contrato a los arqueros más chicos. Son chicos con futuro. No es fácil hacer las primeras armas en este momento de Quilmes, pero tienen que aprovecharlo y entrenarse todos los días para estar a la altura.