Los rivales van cambiando semana a semana pero el desenlace es siempre el mismo. Esta vez fue Banfield el que, con muy poco, se aprovechó de un Cervecero abatido y sin rumbo, que parece no tener remedio, y lo derrotó 2 a 0. Errores, expulsiones, un penal errado y decenas de cuestiones para que el equipo que ahora dirige Cristian Díaz siga bajando su promedio fecha a fecha.
El partido empezó con mucho ritmo, porque el local tomaba la iniciativa y atacaba con cuatro jugadores en línea, y El Cervecero encontraba espacios en el medio para contraatacar y tocar. Así, ambos equipos se acercaban a las áreas en un duelo de ida y vuelta pero sin generar real peligro. La primera a los 18 la tuvo Banfield, cuando entró solo al área Mauricio Sperduti y tapó César Rigamonti con los pies. Y después de que Rodrigo Contreras rematara desviado, en otra contra llegó el local, que terminó con un cabezazo de Sperduti por arriba del travesaño. La tercera no fue la vencida, cuando tras un tiro libre al área, peinó Alexis Soto y la pelota se fue rozando el palo izquierdo. Si bien se repartían el dominio, el local era más claro en ataque ante un Quilmes que ya no llegaba. Y a los 29, encaró Nicolás Bertolo y Matías Sarulyte lo tocó abajo en el área: penal. El ex cervecero Brian Sarmiento le dio a la derecha y puso el 1 a 0 a los 31. El gol agrandó al local, que se cerraba bien y salía de contra a toda velocidad ante un Quilmes desorientado. Para colmo, a los 42, planchazo de Gabriel Ramírez contra Sperduti y roja directa. En los minutos finales El Cervecero deambuló en la cancha hasta que el juez pitó el final. La derrota parcial, hasta ahí, estaba bien.

MÁS ERRORES, EXPULSIONES Y OTRA DERROTA
En la segunda mitad entró Sergio Escudero por Rodrigo Contreras, fue como lateral izquierdo y Matías Orihuela pasó a ser volante por esa banda, para reordenar la defensa y el medio. El Cervecero iba desordenado, y de contra Banfield, con espacios, complicaba. Así llegó a los 2 minutos con un mano a mano de Sperduti, pero tapó Rigamonti. Quilmes, con uno menos, iba sin ningún tipo de idea ni claridad, ante un rival que manejaba los tiempos y los espacios con inteligencia. Sin embargo a los 16, cuando El Cervecero atacaba sin orden, Federico Andrada intentó rematar en el área, la pelota pegó en el brazo de Renato Civelli y el árbitro pitó penal. Se hizo cargo el mismo Andrada y tapó Hilario Navarro. Como si todas estas malas fueran poco, a los 23 y después de un tumulto que inició Nicolás Bertolo, el juez Darío Herrera expulsó solamente a Matías Escobar, y El Cervecero se quedó con nueve. A los 25 entró Francesco Celeste por Franco Negri, y a los 29 Jonatan Torres lo hizo por Andrada, pero la historia estaba sentenciada. Con dos menos, Quilmes miró como Banfield controló el juego en los últimos minutos. Así, el local llegó claro a los 33 cuando Sarmiento la tiró por arriba del travesaño con el arco libre. Y a los 40, dos jugadores se fueron mano a mano contra el arquero, Sperduti la picó por arriba de Rigamonti, la pelota dio en el travesaño y Darío Cvitanich recibió el rebote y definió con el arco libre: 2 a 0 y partido liquidado. En los minutos finales no pasó nada y el encuentro se fue en una inevitable derrota.

LA HISTORIA SIN FIN
Otra vez Quilmes volvió a perder por sus propias fallas. Banfield se quedó merecidamente con la victoria pero gracias a todas las facilidades que le dio El Cervecero. El primer tiempo empezó parejo, de ida y vuelta, con un Quilmes que cortaba e iba a buscar con buenas maniobras colectivas. Pero de a poco el local se acercó al arco, hasta que Sarulyte hizo un penal infantil para el primer gol del rival, seguido de una irresponsable expulsión de Gabriel Ramírez. En la segunda etapa, Quilmes lo buscó sin ideas ni profundidad, hasta que por un tumulto se quedó con nueve, con la roja a Escobar. Así, en el final el local controló las acciones ante un Cervecero abatido.
Séptima derrota consecutiva y décima en los últimos once partidos. Un tobogán sin frenos hacia la zona del descenso. Un equipo que a pesar del cambio de técnico, de sistema táctico y de jugadores, no encuentra el rumbo y no suma. ¿Podrá reaccionar a tiempo? Porque el descenso está a la vuelta de la esquina_