Según el psicólogo Thomas Gilovich, las experiencias individuales que tenemos cuando viajamos son mucho más placenteras que cuando compramos o adquirimos algún producto.

-Es muy difícil comparar los viajes, a diferencia de las cosas.
De los bienes materiales te podés cansar rápidamente, mientras que con los viajes, siempre se enriquecen tus experiencias y se abre tu mente.
El gran ejemplo es cuando se compra un coche. Investigás y comparás en miles de marcas el modelo perfecto para vos. Al principio, te emocionás, deseás mostrarlo al mundo y deseás utilizar todas las características. Unos meses después esa euforia se va desvaneciendo. En seis meses es tan sólo un medio de transporte. Después de un año, posiblemente ya quieras cambiarlo por un modelo más nuevo porque tu vecino se compró un motor más potente.
Un viaje es diferente. Ninguno es igual a otro.
Viajar aproxima más a las personas y a las parejas, las cosas no siempre.
Se puede viajar solo, y podrás relacionarte con muchas personas. Podés hacer un viaje con tu pareja, después de un momento de crisis, y el escape de la rutina puede borrar las peleas y acercarte a la pareja. Un viaje familiar o con un pariente o amigo puede ser inolvidable y fantástico, con recuerdos para el resto de la vida.
La adquisición de cosas no siempre acercan a la gente. E incluso cuando están cerca, no estarás seguro si es por vos o por el objeto que las personas están cerca tuyo.

- Viajar abre la mente y cambia su concepción del mundo
Si trabajás desde hace 10 años en la misma empresa, pensás de la misma manera y no conseguís ampliar tus horizontes? ¿Qué tal hacer un viaje? Te pondrás en contacto con nuevas y diferentes culturas y lenguajes, experiencias de vida, lugares que jamás habrías conocido en tu rutina estresante.

- La experiencia de un viaje es para siempre, la compra de un bien se vuelve obsoleto
Es posible que hayas ido a Disney con tus padres a los 12 años, y recordarás el viaje con una gran riqueza de detalles y alegría cada vez que se toque el tema. Sin embargo comprar cualquier objeto, por bueno o caro que sea, no te va a despertar tales experiencias.

- Dos estudios lo demuestran
Un programa para hablar sobre las experiencias te hace más feliz que hablar de las posesiones materiales. Otro estudio muestra que preferimos oír a la gente hablar de experiencias que han tenido en lugar de objetos o cosas que han adquirido.

- Aprendés a cultivar el desapego de lo que no es necesario en tu vida
Si estás pasando por momentos difíciles, o si deseas salir de la rutina, un viaje puede ser un gran remedio. En las mismas situaciones, realizar una compra en los centros comerciales sólo va a dejarte frustrado en momentos posteriores, y mucho más pobre.

Todas estas experiencias forman tu identidad de manera que después de viajar ya no serás la misma persona.