Precisamente por los cambios repentinos de temperatura y clima en esta etapa, es habitual que nuestras defensas se debiliten, de forma que es común que tras la llegada del otoño muchas personas tiendan a enfermarse con mayor facilidad.

Una buenísima opción es saber cómo aumentar las defensas, además de seguir una nutrición saludable basada en alimentos frescos y sanos como forma de aportar a nuestro organismo los diferentes nutrientes esenciales que tanto necesitamos durante esta época del año.

Lo mejor, claro está, es optar por los alimentos del otoño, que nos aportan precisamente los nutrientes que nuestro cuerpo necesita: especialmente vitaminas del complejo B, hidratos de carbono y minerales para ayudarnos a elevar tanto nuestras defensas como nuestro estado de ánimo, que baja en otoño:



PARA EL DESAYUNO

Podés optar por un café con leche descremada o un té. Comer una fruta (por ejemplo banana o duraznos) te aportará la energía que necesitas para la mañana. También podés combinar con un yogur y una pizca de miel.



A MEDIA MAÑANA

Podés combinar una fruta (la que más te guste) por dos o tres galletitas de cereales, o bien por un yogur. Un té o infusión te será útil para entrar en calor.



PARA ALMORZAR

No hay duda que si baja la temperatura podés optar los caldos y platos de cuchara bien calentitos. Acordate que la sopa o caldo de pollo son ideales para gripes y resfríos.

También podrías combinar verduras con ensaladas, carnes blancas, legumbres y pescados (a lo largo de la semana). Podés espolvorear semillas a la comida, para enriquecer los nutrientes de tu almuerzo.



PARA MERENDAR

Una buena recomendación es seguir los consejos que te hemos indicado para el desayuno. Una pieza de fruta es ideal, combinada con un pequeño sándwich con verduras, té o infusión o un yogur natural.



PARA CENAR

Lo mejor es cenar ligero, aunque no hay duda que por la noche también apetecen caldos y sopas de verduras para entrar en calor.

Las verduras al horno y la pechuga a la plancha pueden ser igualmente ideales. No dejes de ingerir, por lo menos dos veces a la semana, un buen churrasquito de una carne magra a la plancha o a la parrilla, para completar los niveles de hierro que requiere tu organismo.