Los contenedores verdes de basura ubicados en la calle Garibaldi entre Alvear y Mitre, en pleno centro de Quilmes, amanecieron llenos de basura perteneciente a alguna verdulería y carnicería.
El olor nauseabundo de la carne podrida al sol y una cantidad impresionante de moscas llamó la atención de los transeúntes. “Este tipo de residuos, que son materia orgánica que se echa a perder, ¿no deberían tener un tratamiento especial? ¿Es legal que un comercio arroje así sus desechos?”, se preguntó un vecino de la zona.