Quilmes comenzó ayer una nueva semana de trabajo, la última de la pretemporada de verano con vistas a la segunda mitad del campeonato de Primera División. Los jugadores hicieron tareas técnicas en el anexo. El sábado jugarán el último amistoso de esta etapa preparatoria ante Independiente en el estadio Libertadores de América, a puertas cerradas.
El plantel cervecero se entrenó ayer por la mañana, desde las 9 y a puertas abiertas en el campo auxiliar del Estadio Centenario, donde se hicieron tareas físicas y técnicas. De esta manera, los jugadores retornaron a la actividad tras haber tenido descanso el domingo, luego del amistoso del pasado sábado ante Estudiantes de La Plata, en el que Quilmes perdió pero dejó una buena imagen. Por eso, con buen ánimo, los futbolistas comenzaron la última semana de pretemporada, que tendrá como cierre el amistoso final de esta etapa preparatoria. Si bien en la mañana de ayer estaba casi cerrada la posibilidad de enfrentar a Tigre, finalmente se cambió de rival y Quilmes jugará el próximo sábado por la mañana ante Independiente. Serán dos partidos de ochenta minutos cada uno a partir de las 9 y en el estadio "Libertadores de América". Todavía no se definió si será a puertas abiertas o cerradas.
Por otra parte, el entrenador Alfredo Grelak sigue esperando sumar al segundo refuerzo que permite el reglamento antes del inicio del torneo. El DT quiere un delantero de área, y el sueño sigue siendo Ezequiel Recaldani. El punta llegará en las próximas horas a nuestro país aunque no tendría a Quilmes como prioridad. El delantero estaría más cerca de Newell´s Old Boys de Rosario, además de que ha recibido ofertas de Huracán, Talleres de Córdoba y Colón de Santa Fe.

TAREAS FISICAS Y TECNICAS EN EL ANEXO
En cuanto a la actividad de ayer en el anexo, todo empezó con un trabajo físico en un circuito de fuerza y coordinación, con cajones, vallas, estacas, pesas y trineos. Posteriormente el plantel se dividió en seis equipos de cuatro jugadores cada uno, que participaron de una tarea técnica. Dos equipos se enfrentaban en dos canchas de fútbol reducido, con cuatro arqueros fijos, y los dos restantes hacían definición, ensayando remates con figuras de chapa y un quinto arquero. Luego rotaban para hacer todos los ejercicios. Además, había tres comodines (futbolistas que jugaban para el equipo que tenía la pelota) en cada uno de los trabajos. Los arqueros fijos fueron César Rigamonti, Horacio Ramírez, Marcos Ledesma, Pedro Formosa y Alan Ferreyra. El primer equipo de pechera amarilla tuvo a Matías Sarulyte, Matías Escobar, Federico Andrada y Lucas Carrizo. El segundo de amarillo, a Tomás López, Maximiliano González, Francisco Ilarregui y Adrián Calello. El primero de pechera gris contó con Sergio Escudero, Nicolás Da Campo, Enzo Acosta y José Luis Valdez. El segundo de gris, con Ismael Benegas, Gastón Bottino, Jonatan Torres y Gabriel Ramírez. El equipo de pechera verde formó con Matías Pérez Acuña, Cristian Trombetta, Rodrigo Contreras y Franco Negri. Finalmente, el equipo de remera azul alineó a Diego Colotto, Matías Orihuela, Nicolás Benegas y Francesco Celeste. Todo terminó con ejercicios de elongación sobre colchonetas.
El único jugador que no se entrenó fue Gastón Pinedo, que se recupera de una operación de apendicitis.
Quilmes volverá a trabajar hoy por la mañana, desde las 9 y a puertas abiertas en el campo auxiliar, cuando volverán a hacerse tareas técnicas.