La gobernadora de la provincia de Buenos Aires, María Eugenia Vidal, echó a 58 policías que ocupaban cargos jerárquicos en la Bonaerense por no presentar su declaración jurada de bienes. Los efectivos habían sido informados e intimados a hacerlo, incluso llegó a suspenderlos por cinco días. La gran mayoría se desempeñaba en el Conurbano, La Plata y Quilmes.
La nómina de policías que dejarán de formar parte de la fuerza se compone de 1 comisario mayor; 3 comisarios inspectores; 14 comisarios; 37 subcomisarios; 2 oficiales principales y 1 inspector. Según fuentes oficiales, la gran mayoría se desempeñaba en el Conurbano, La Plata y Quilmes.
La exigencia de presentar la declaración de bienes personales es obligatoria para todos los funcionarios provinciales tras el Decreto 116 que firmó la Gobernadora en abril. A raíz de eso, se fue ampliando el plazo para que todos los comisarios y subcomisarios comenzaran a realizar sus presentaciones. Sin embargo, el ministerio de Seguridad bonaerense que encabeza Cristian Ritondo detectó 58 casos en los que no se presentó ninguna documentación vinculada al patrimonio a enero.
Además de ello, fueron denunciados en la Unidad de Investigaciones Financieras (UIF) y ante la Procuraduría de Criminalidad Económica y Lavado de Activos (Procelac), para que puedan cotejar si hay denuncias sobre ellos.
ADVERTENCIAS
La decisión, que se mantuvo en estricta reserva, se tomó en los últimos días tras una serie de reuniones en las que participaron Vidal, Ritondo, el jefe de Gabinete Federico Salvai, y el jefe de Asuntos Internos, Guillermo Berra. En la última, una reunión de seguimiento de gestión, aún restaban 129 policías de los que no constaba trámite alguno. Por ello, todos ellos fueron suspendidos cinco días en sus funciones con el correspondiente descuento en su salario. Fue en septiembre, luego de las intimaciones y las numerosas advertencias que realizó el ministerio de Seguridad.
REESTRUCTURACIÓN
En este marco, tanto el ministro como los funcionarios de Seguridad, los viceministros Matías Ranzini (quien maneja el diálogo con los intendentes) o Tito Ventura Barreiro (quien tiene a su cargo las policías locales) suelen evitar la palabra “purga”. Aseguran que las purgas que se realizaron en el pasado no funcionaron y que, en todo caso, son reestructuraciones para sanear la fuerza. “No hay que enviar un mensaje, acá no hay caza de brujas, hay casos puntuales y concretos”, asegura Ritondo.
