En esta oportunidad nos acompañaron integrantes de la Reserva Ribera Norte y biólogos de la UBA que son miembros del COA Reserva de Bernal.
La caminata se inició sin lluvia, pero no paso mucho tiempo que esta se hizo participe en la misma. Todos los caminantes, estuvieron de acuerdo en continuar y se llegó hasta la zona baja del humedal. Se pudo sentir la esponja que es el suelo formado por sedimentos orgánicos y observar como el agua de lluvia era absorbida rápidamente, para pasar a recargar los acuíferos.
Ya de regreso se vieron algunos de los bioindicadores de calidad de aire instalados estratégicamente por la naturaleza en los tronos de árboles. Hacemos referencia a los líquenes.
Una caminata diferente, para seguir tomando conciencia y valorar las funciones que cumplen los humedales y protegerlos.