Es “una modalidad ecológica y económica que podría solucionar el grave problema habitacional que tiene el mundo”, tal como advierte la directora del establecimiento educativo, Reina Flores.
La iniciativa, denominada “La casa, mis manos”, fue motorizada tras la implementación de la Jornada Completa, que incluye como campo de profundización al desarrollo local e implica hacer hincapié en las actividades culturales y socio-comunitarias que realizan las familias.
Precisamente la idea surgió de dos familias que viven en casas fabricadas en barro y que promueven este tipo de construcciones. “Nos pareció una idea muy interesante. Primero nos capacitamos los docentes, durante el año pasado, y la idea es continuarlo este año durante el ciclo lectivo”, refirió Flores.
“Nosotros contribuimos con nuestro pequeño granito de arena con esto que no sólo es un proyecto educativo sino que tenemos la intención de llegar y expandirnos ya que hay que concientizar a la mayor cantidad de gente sobre esta alternativa”, afirma la directora.
Es un tipo de construcción milenaria, es un material que aún hoy se sigue utilizando, que se puede encontrar en cualquier lugar. Constituye un recurso muy económico, disponible, está en abundancia y las ventajas de este modo de construcción son múltiples. “Por eso habría que hacer más extensiva esta técnica”
El entusiasmo ganó a los alumnos a tal punto que fabricaron un horno de barro de múltiples aplicaciones, entre ellas la cocción de los alimentos, fomentar la economía de recursos y permite volver a las fuentes mostrando a los niños no sólo la tecnología en su confort.
Ahora la expectativa está puesta en el objetivo de llegar a construir una casa para estudio permanente en el predio de esta escuela rural que comparte el edificio con un Jardín de Infantes por lo cual los pequeños de 3 a 5 años también fueron incluidos en el proyecto de la utilización de técnicas de construcción con barro.
En la primera etapa del proyecto, tanto los niños y niñas de los niveles inicial y primario se iniciaron en distintos pasos como la investigación teórica; la exposición de videos instructivos; visita a una casa construida con esta técnica; propuesta de encuestas sobre el tema y la problemática habitacional. También en el aprendizaje de las diferentes técnicas; construcción de una casa a escala aplicando las técnicas investigadas; construcción del techo y de la estructura base; preparación de la mezcla, llenado de paredes, aplicación de revoque grueso, revoque fino y pintado.
“Para los niños es muy placentero poder manipular el barro aunando la recreación con el acto educativo y la Jornada Completa nos ha dado la posibilidad de más horas en la escuela que implica más aprendizaje”, puntualiza Reina Flores, quien acostumbra a recorrer diariamente los 25 kilómetros que la separan entre su casa, en Capilla del Señor, y su escuela, en el Paraje Etchegoyen, a la que maestros y alumnos llegan en distintos medios como auto, moto, bicicleta o incluso a caballo.