Un estilo de decoración completamente opuesto al femenino y recargado Shabby Chic, con líneas simples y depuradas donde la funcionalidad y la comodidad priman por encima de todo, incluida la estética.

Y hasta aquí lo fácil, porque lograr un ambiente masculino sin perder un ápice de clase y estilo requiere de un poquito más de tiempo y dedicación.  Te proponemos 7 reglas básicas con las que no te equivocarás para conseguirlo.
 
1.    Color. 
Un ambiente masculino se caracteriza por el uso de colores oscuros como negros, marrones, grises, azules y verdes oscuros. La paleta de color neutra también se utiliza para contrastar y complementar con estos colores. Nunca se utilizan colores intensos y vibrantes aunque se pueden encontrar pequeños acentos de color en algunos elementos decorativos como almohadones, cuadros y complementos varios.
 


2.    Estampados. 
El uso de estampados es muy restringido y cuando se usan, se limitan a figuras geométricas, rayas y cuadros escoceses que siempre resultan armoniosos. En el caso de combinar varios de estos estampados, una apuesta segura es buscar que éstos compartan el mismo tono y que sirva de hilo conductor para no resultar demasiado estridente.
 
3. Materiales y texturas. 
Con una paleta de color tan limitada y una restricción en el uso de estampados, el interés visual de un espacio masculino se centra en la incorporación de una gran variedad de materiales con diferentes texturas. Materiales como el cuero, lana, lino, madera, forja de hierro y metal son los encargados de darle personalidad y carácter a un buen diseño de espacio masculino.
 
4. Mobiliario. 
Destacan especialmente los muebles en madera oscura y grandes sillones y sofás en cuero que harán que el espacio se vea además de masculino, elegante y con clase. Combinados con otros accesorios en tono oscuro, el efecto será aún más destacado.



5. Diseño. 
En los ambientes masculinos no hay cabida para piezas de mobiliario o accesorios que no sean útiles o funcionales en las actividades del día a día, por eso la línea de diseño  tiene que ir orientada a cubrir básicamente esa necesidad con líneas sencillas y básicas, sin ningún ornamento ni sofisticación en el diseño. Cuanto más sencillos, robustos y funcionales sea éstos, mejor.
 
6. Paredes. 
La decoración de las paredes es muy sencilla y se limita a una o dos piezas de arte, o bien, algunas fotos, preferentemente en blanco y negro. En ambos casos los marcos se reducen a su mínima expresión con marcos finos y sencillos o la ausencia total de ellos. Es importante destacar que estos objetos no se ponen por el mero hecho de rellenar un hueco sino que transmiten el gusto y la estética de la persona que lo habita intencionadamente.
 
7. Tematizar. 
Otra opción muy extendida es ambientar el espacio con alguna temática másculina como la cabina de un cazador o la habitación de todo un gentleman inglés de la época victoriana.