Y un día la malaria se iba a cortar. Quizás fue contra uno de los rivales más débiles del campeonato, pero poco importa. Sin brillar pero merecidamente, Quilmes le ganó anoche 2 a 1 a Chacarita en el Estadio Centenario, y puso fin así a una extensa racha de diez encuentros sin sumar de a tres. 

El partido comenzó con Quilmes decidido a ir a buscar, aunque sin demasiada claridad. Cuando Chacarita tomaba la pelota, la manejaba mejor y se metía de a poco en campo cervecero. Quilmes no presionaba, esperaba plantado en su campo y trataba de salir rápido de contra cuando lograba cortar.

El único que tenía la pelota era Juan Imbert, aunque no lograba conectarse con los delanteros. La visita seguía manejando las acciones aunque sin generar peligro ante un Cervecero que continuaba esperando. Pero a los 36 minutos, Quilmes acertó en ataque con una buena jugada y se puso en ventaja. Centro desde la derecha de Raúl Lozano al segundo palo, la bajó al medio de cabeza Federico Anselmo y en el área chica Franco Niell se anticipó a su marca y metió el frentazo para el 1 a 0.

Cuando todo era muy parejo, El Cervecero se ponía arriba y obligaba a su rival a dejar más espacios en su afán de buscar el empate. Con un Chacarita desesperado, Quilmes aprovechaba los huecos y empezaba a llegar. A los 46, gran pase de Brandon Obregón para Imbert, que mano a mano definió pero tapó Emanuel Trípodi. Esa fue la última.

El primer tiempo se fue con un trámite parejo, y El Cervecero lo ganaba en una de sus pocas llegadas. Demasiado premio para un planteo mezquino pero que hasta ahí daba resultado.

PARECIA UN TRAMITE Y TERMINO COMPLICADO
En la segunda etapa, la visita volvió a salir con más iniciativa, pero Quilmes, en su primer avance, hizo el segundo. Iban 6 minutos, Juan Vera Gómez se equivocó en la salida y rechazó con pifia hacia el medio. Imbert controló, encaró y habilitó a la derecha a Federico Anselmo, que apuntó y le rompió el arco a Trípodi: 2 a 0.

El Cervecero aumentaba y empezaba a controlar el partido. De todos modos a los 11 Chacarita tuvo la más clara, cuando se escapó mano a mano Joaquín Ibáñez, definió sobre la salida de Marcos Ledesma pero la pelota se fue apenas afuera. A los 15 lo volvió a tener Ibáñez, con un remate de afuera que tapó Ledesma.

Más allá de estas llegadas, parecía que Quilmes tenía todo controlado, pero a los 22 minutos y cuando Chacarita no generaba peligro, El Cervecero se complicó solo. Centro pasado desde la izquierda, Marcelo Cardozo pifió el rechazo en el área chica, la pelota le quedó a Elías Alderete que le dio, tapó Ledesma y el rebote le cayó al ingresado Lucas Lezcano, que remató en el medio de la confusión y descontó.

Para empezar a cerrar el resultado, a los 24 entró Braian Lluy por Augusto Max y el equipo quedó 4-4-2. A los 28, cambio obligado: Drocco dejó la cancha lesionado y lo reemplazó Gastón Pinedo. Pero cuando Quilmes empezaba a sufrir, a los 34, Gonzalo Groba vio la segunda tarjeta amarilla y se fue expulsado.

A los 42, José Luis Valdez entró por Anselmo para darle nuevo aire al ataque. En los minutos finales Chacarita, diezmado, fue sin ideas, Quilmes controló las acciones y aguantó bien hasta que se terminó el partido.

DESAHOGO Y ALIVIO
El triunfo terminó siendo merecido para Quilmes, aunque podría haber sufrido menos de no ser por sus propios errores.

El primer tiempo fue parejo, la visita tuvo más la pelota pero El Cervecero generó algunas situaciones claras y en una de esas se puso en ventaja. En la segunda etapa aprovechó su primera llegada para anotar el 2 a 0 y a partir de ahí controlaba las acciones y justificaba la victoria.

Sin embargo, un error defensivo permitió el descuento de Chacarita, que luego tuvo a maltraer a Quilmes por algunos minutos. Con la expulsión de Groba y el hombre de más, los de Lemos ya no sufrieron y terminaron controlando el partido.

Triunfo valioso y desahogo total, porque Quilmes cortó una racha de diez partidos sin ganar. Además, se le dio más valor al punto fuera de casa ante Mitre y logró despegarse un poco más de Los Andes, rival directo en la pelea por la permanencia. Poco para celebrar, pero en estos tiempos de miseria y vacas flacas, es algo.