Durante los primeros días de diciembre el ministerio de Transporte decidió incorporar servicios directos para unir la cabecera de Constitución con las estaciones Bosques, Ezeiza y Alejandro Korn. De esta manera, aseguran, se busca beneficiar al 60 por ciento de los usuarios. Aunque la empresa del Estado que opera los trenes dice que lograron bajar el tiempo de espera y aumentar las frecuencias, esto no se ve reflejado en la experiencia de la gente.

La baja en la frecuencia de los servicios tradicionales afectó a pasajeros que viajan a estaciones intermedias como Temperley y Lomas de Zamora. Allí los usuarios ven pasar frente a sus narices formaciones que, en hora pico, van casi vacías. Estos servicios directos funcionan de lunes a viernes en hora pico (de 6 a 10.30 y de 16 a 20), con una frecuencia de un tren cada 24 minutos, intercalando los servicios tradicionales que paran en todas las estaciones.

En líneas generales, los usuarios que pudieron tomarse los trenes rápidos (están identificados con una letra D en el parabrisas) viajaron mejor y tuvieron un ahorro promedio en el tiempo de viaje de 7 minutos en la ida y 7 en la vuelta. Sin embargo, a los pasajeros que utilizan las ocho paradas más cercanas a Capital Federal (Temperley, Lomas de Zamora, Banfield, Remedios de Escalada, Lanús, Gerli, Avellaneda e Hipólito Yrigoyen) les bajaron a la mitad la cantidad de servicios disponibles.



FORMACIONES VIEJAS
Las quejas se incrementaron al ver que volvieron al ruedo formaciones Toshiba con más de 30 años de antigüedad. Además de que generan desconfianza, no tienen aire acondicionado. En momentos en que los usuarios soportan un importante aumento de tarifas, ahora también quedan expuestos a lidiar con este tipo de servicio.

En la operadora aseguraron que los trenes se encuentran en condiciones de circular y que son seguras. Explicaron que las necesitan porque desde el 10 de diciembre hay 23 nuevos servicios diarios con destino Bosques -vía Quilmes- y La Plata.