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09/08/2018
Fórmulas para añadir humor a tus conversaciones
Fórmulas para añadir humor a tus conversaciones
Desligate del resultado, empezá por lo que te hace reír a vos, entrená tu creatividad para que aparezca espontáneamente y no te esfuerces demasiado, con estos principios podrás ser un buen compañero.
1. Buscá relaciones inesperadas
Estudios reafirman que el ingenio consiste en encontrar lo que une o diferencia dos conceptos de forma inesperada. ¿Por qué? Porque es creativo y nadie lo había previsto.

Utilizá el doble sentido de las palabras, porque se ha demostrado en estudios de resonancia magnética que comprender juegos de palabras provoca una respuesta cerebral muy agradable: el humor.

Buscá relaciones que no sean evidentes en la conversación. No es sencillo, pero practicando tu creatividad con los recursos que te daremos al final de este artículo empezarás a ser más hábil encontrando vínculos sorprendentes.

2. Observá la situación como si fueras un espectador
Hay dos cosas imprescindibles para que tu creatividad espontánea te permita encontrar relaciones inesperadas:

Que estés relajado

Que estés presente

Cuanto más presente estés en la conversación más sencillo te resultará encontrar vínculos entre conceptos. Porque mientras estás atento, tu inconsciente también trabaja y de vez en cuando te envía ideas brillantes.

El problema es que solemos prestar demasiada atención a nuestra parte consciente cuando estamos pensando en lo que vamos a decir a continuación, y eso nos impide oír la vocecita de nuestra inconsciencia.

También es importante que seas capaz de ver las cosas con cierta distancia. A veces nos sumergimos tanto en una conversación que perdemos la capacidad de reírnos de lo que hemos dicho o lo que está ocurriendo alrededor.

Para conseguirlo, cada 30 minutos detenete y hacé una reflexión como si fueras un espectador totalmente ajeno a la conversación. Si te das cuenta que usaste un montón de anglicismos en tu diálogo, decilo. Si ambos están sentados en la misma posición, hacelo notar con una sonrisa.

3. Reite de vos y simulá que no entendés las risas
La forma más sencilla de empezar a resultar gracioso es reírte de vos mismo, así que empezá por ahí. Por desgracia mucha gente cree que debe proyectar siempre una imagen de seguridad y termina haciendo lo contrario.

Pero se equivocan, porque todo son ventajas:

Reírte de vos mismo te dará el derecho de reírte de los demás con mayor libertad.

Cuanto más te rías de vos mismo menos se reirán de vos porque ya habrás demostrado que no te afecta.

Mostrar tus defectos te permitirá conectar con los de los demás, de forma que te verán más cercano y humilde.

4. Exagera desproporcionadamente
Exagerar es simplemente desproporcionar las relaciones que existen entre varias cosas. Demuestra creatividad, y eso ya suele ser suficiente para despertar una sonrisa.

Sin embargo, la mayoría de personas utilizamos una comunicación muy neutra. "Vi un perro muy grande" o "Mi jefe nunca me reconoce nada" son ejemplos de frases planas, sin ninguna gracia.
Por eso si incluís las exageraciones en tus conversaciones añadirás mucha variedad a tus diálogos, incluso si no son especialmente divertidas. Séntite libre de exagerar mucho para que sea evidente que lo estás haciendo.

5. No ahorres en metáforas y comparaciones
Las metáforas y comparaciones también son herramientas muy útiles para añadir diversión a las conversaciones.

Cuando estés explicando algo, buscá parecidos con otras cosas. Nos hace gracia aquello que nos descubre relaciones desconocidas.

Podés comparar cualquier cosa que se te ocurra. Lo ideal es que no te quedes en la comparación básica, sino que la exageres (¿recordás el punto anterior?) añadiendo otro elemento más.

Las ironías funcionan de modo parecido: consisten en atribuirle una característica a algo cuando es evidente que es todo lo contrario. Y te recomiendo que empieces a usarlas, porque se ha demostrado científicamente que aumentan tu ingenio.

6. Planteá hipótesis absurdas
Un gran potenciador de la creatividad son las hipótesis imposibles. Pensar en posibilidades inimaginables te abrirá a un estado más emocional y menos lógico, y eso te ayudará a construir conversaciones más divertidas.

Da igual que no sea tremendamente gracioso. Lo importante es que las hipótesis suelen crear asociaciones inesperadas y eso te mostrará como una persona creativa y curiosa.

7. Exagerá tu lenguaje corporal e interpretá tus personajes
El lenguaje corporal juega un papel fundamental en tu comunicación, así que exageralo siempre que puedas. Además, después de un comentario divertido podés multiplicar su efecto si vos mismo te reís (por congruencia) o ponés cara de estar muy sorprendido (por contraste) con lo que dijiste.

Respecto a reírte de tus propias bromas, encontrarás gente que te dice que es positivo y otros que es negativo.

En nuestra opinión, en un monólogo profesional funciona mejor mantener una cara imperturbable (por el contraste), pero en una conversación entre amigos ocurre todo lo contrario.

Si decís algo que para vos es divertido, lo natural es que te rías ¿verdad? Además conseguirás tres cosas: demostrar que te sentís cómodo con tu propio humor, que no tenés nada que fingir, y transmitirlo por contagio emocional.

También es mejor interpretar a los personajes de tus historias en lugar de hablar de ellos en tercera persona. Eso añadirá emoción e intensidad.

8. Moderate y hablá más lento
Imaginate que una sitcom como Friends fuera real. Que tus amigos constantemente estuvieran haciendo chistes entre ellos sin hablar en serio en ningún momento.

Seguramente dejaría de hacerte gracia y acabarían todos locos.

Aunque las comedias de TV funcionen así, tú serás más divertido si te mantenés serio y de vez en cuando sorprendés a tus amigos con un comentario inesperado, en lugar de estar todo el rato sacándole punta a las situaciones.

Por otro lado, esta moderación también debería reflejarse en tu forma de hablar. Como decía Shakespeare, la brevedad es el alma del ingenio. Así que para resultar más gracioso intenta hablar al 60-70% de tu velocidad y pausarte cuando sea necesario.

9. Usa la mágica Regla de 3
La Regla de 3 sigue la estructura de preparación, anticipación y golpe de efecto. Los monologuistas profesionales la utilizan constantemente para sus números de humor porque, sencillamente, funciona.

El motivo es que cuando enumeraste dos cosas nuestra mente empieza ya a imaginarse un patrón. Pero si al tercer elemento lo rompés con algo opuesto o absurdo, conseguís el máximo efecto sorpresa porque nadie se lo esperaba.

Cuando te venga a la cabeza una broma o comentario divertido, no lo sueltes sin más. Añadile un par de elementos no relacionados al principio para aumentar su poder de sorpresa final.

10. Encontrale la gracia a perder la gracia
Tan importante es ser divertido como saber reaccionar cuando no lo sos. Por eso, si hacés un comentario y nadie le encuentra la gracia, quitale importancia riéndote de eso mismo.
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