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APORTES A LA HISTORIA LOCAL
18/02/2018
Oreste Huber, un boxeador quilmeño que descolló el siglo pasado
Oreste Huber, un boxeador quilmeño que descolló el siglo pasado
(Por Chalo Agnelli*) Hay nombres que fueron alcanzados por el olvido. En 2010 en el libro “La Colonia de Valerga – historia social del segundo barrio de Quilmes”, recuperamos parcialmente a muchas de esas mujeres y hombres que le dieron renombre a esa región del ‘gransudbonaerense’.
Oreste Huber tenía apenas 5 años cuando llegó a Quilmes con sus padres atraídos por el boom industrial que estaba cobrando la localidad ribereña y las facilidades para adquirir una propiedad. La familia venía de Gálvez, en la provincia de Santa Fe, donde Oreste nació el 7 de abril de 1907. 

EL BOXEADOR
Todo comenzó cuando tenía 13 años, regresaba a su casa cuando vio que en el Club ‘Sparta’, Francisco Fernández Melo y Juan Binelli boxeaban en un ring improvisado sobre el pasto. Esa experiencia lo marcó para toda la vida y a partir de ese momento fue firme su decisión de boxear. En esos años el mejor maestro de box era el francés Gustavo Lenevé, un púgil que realizaba exhibiciones en el ‘Buenos Aires Boxing Club’, y contaba entre sus alumnos a los renombrados luego Victorio Campolo, Raúl Landini y Héctor Méndez.

Oreste no tenía medios económicos ni sus ocupaciones laborales le permitían aprender con Lenevé de modo que ingresó al ‘Provincial Boxing Club’; su profesor fue Felipe Núñez. En 1924, con Carlos D. Valerga y otros vecinos de La Colonia participa de la fundación del Quilmes Boxing Club. 

Segunda sede del Boxing Club en lo que era la Soc. Artesanos de La Colonia, esquina SO de Vicente López y Perón. Foto de la izquierda, 1926, a la derecha vista actual.

En 1925, era bombero voluntario bajo la comandancia de Pedro Mesaglio. El presidente de la institución, Marcos Pereira, preocupado porque sus hombres pasaran entretenidos los momentos de guardia en el cuartel les procuró juegos: ajedrez, damas, barajas y sabido de los gustos de Oreste le obsequió los que fueron sus primeros guantes de boxeo.

LA ANÉCDOTA
Por esos días la ‘Sociedad de Bomberos Voluntarios de Quilmes’ organizó en el terreno de la calle Rivadavia que se utilizaba para actividades de entretenimiento comunitario (Luego cine Cervantes de la Sociedad Española y hoy, en la planta baja, un comercio de equipos electrónicos) una kermese.

Oreste tuvo una discusión fútil con Valentín Pianta, poco diestro para embocarles argollas en el cogote a unos patos que nadaban en un fuentón. Los amigos, entre ellos Romeo Maiorano, aprovecharon la situación y antes que se fueran a las manos allí mismo concertaron una pelea que se realizó en el Boxing. Oreste ganó por puntos. Desde allí ya no se detuvo.

EL PROFESIONAL
Su carrera como profesional comenzó el 16 de julio de 1929, en el teatro “Coliseo” de Buenos Aires enfrentando a Alcides Galdolfi Herrero. Ese mismo año, el diario “La República” presentaba a todo lo ancho de la hoja este título “Oreste Huber, la inteligencia en boxeo, empató una pelea imposible”. La pelea había sido contra el español Manuel Montes en el teatro “Onrubia”. 



Fue la primera de las centenares de veces que su nombre apareció en las páginas deportivas de los diarios de ese país. Fue campeón de la ciudad de Quilmes con peleas en el teatro “Empire” y el club “Patria e Unita”; en Buenos Aires también peleó en la ‘Federación Argentina de Box’; en Montevideo derrotó a un pugilista destacado de la época, Hortensio Goularte. Nunca fue vencido por nocaut. 

BOXEADOR CERVECERO
Llegó a ser una figura relevante en el boxeo nacional en la categoría liviano “en aquellos tiempos que se pagaban $120 por una pelea de semifondo”, pero aun como profesional, ese dinero no alcanzaba para mantener una familia, de modo que Oreste, que de joven había trabajado en Rigoleau, entró en la Cervecería donde el mayordomo Pedro Dreisch - también con un hijo aficionado al box - le permitía salir más temprano cuando tenía algún encuentro pugilístico y a veces hasta obviaba algún faltazo.

Lo apodaban “la inteligencia en boxeo” y boxeando recorrió toda la Argentina. Era riguroso y exigente en su propio entrenamiento que realizaba con aficionados amigos como: Ángel Camarero, Raúl Carranza, Ángel Dellagiovanna, Fioravanti Pierobón, Eduardo Granada, Maximino Hernández, Carlos Herrera, José Iliali, Elías Scarabotti, Alberto Varela, Salvador Zaccone, los hermanos Sofía, los hermanos Ronconi y Romeo y José Maiorano. 

“El 18 de febrero de 1932, hubo un resonante encuentro entre el estilista del ring Raúl Landini y Oreste Huber que reunió en Quilmes centenares de personas de todo el Gran Buenos Aires, La Plata y la Capital Federal. Algunos hombres se habían instalado en el hotel 'Moderno' y en el Hotel-Pensión 'París' de la calle Pringles 695, en algunas pensiones y a las puertas del Boxing desde el día anterior para ser los primeros en ingresar.”

Tuvo alrededor de 45 encuentros como amateur. Realizó cuarenta peleas, siendo algunos de sus contrincantes extranjeros: Clearcy Jones, Ceolín Olano y Luis Rayo y los argentinos: Juan Aldovrandi, Germán Ballarino, Alfredo Buscaglia, Emilio Escudé, Julio Mocoroa, Juan B. Pathenay, Gogliardo Purcaro, Justo Suárez, Alcides Gandolfi Herrero, Raúl Landini y Sabino Bilanzone, habiendo sido derrotado tan solo por los tres últimos. Fue entrenador por $ 5 al día; entre sus múltiples pupilos, preparó a Julio Mocoroa. Oreste Huber se jubiló como obrero cervecero pasados largos los 60 años de edad y murió octogenario en su casa de La Colonia, Sáenz Peña y Rodolfo A. López (ex Santa Fe)

(*Agnelli es docente, periodista, director del blog www.elquilmero.blogspot.com, donde se encontrará este artículo completo, junto a sus notas y bibliografía).
 
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