La mujer por excelencia que cambió el rumbo de la moda en la historia, sabemos que es Coco Chanel.  Su fascinante historia comienza con un origen humilde; Chanel nació en Francia bajo el nombre de Gabrielle; la segunda de cinco hermanos. Su madre murió a los 33 años, su padre separó a los hermanos para que sean cuidados: dos de ellos a una cruel familia campesina, y las tres niñas a un orfanato. En ese lugar, Gabrielle aprendió a coser, bordar y planchar. Más tarde comenzó a trabajar como costurera y hacer sombreros.

Cuando Etienne Balsan, un joven adinerado, socialité, convirtió a Chanel en su amante, la llevó a su castillo Royallieu. En ese momento, Coco conoció el lujo, los sirvientes y las fiestas. Él le enseñó equitación y le introdujo en los buenos modales de la gente adinerada de ese entonces.  Como la moda característica de la Belle Epoque no iba con ella, decidió vestirse como ella quería, como más le gustaba: con faldas largas, blusas hasta la cadera y sombreros de ala ancha, en lugar de los vestidos recargados de flores y adornos tan distintivos de esa época. Más tarde, Arthur Capel, un socialité inglés conoció a Coco Chanel y junto a él, comenzó su negocio en Deauville. Continuó su negocio en Biarritz y su éxito continuó sin importar la guerra.

Fue la primera en introducir prendas masculinas en atuendos femeninos, tales como el jersey o pantalones que se hicieron muy populares, por todo el mundo, las mujeres la imitaban, hacían eco a la liberación femenina con los atuendos de Coco. Su éxito se acrecentaba a cada instante, se compró un Rolls-royce y amplió su local pero su vida personal se destrozaba: su hermana se suicidó. Tuvo un aborto espontáneo, donde quedó estéril para siempre. Al poco tiempo, Arthur, el amor de su vida, murió en un accidente automovilístico.

Pronto siguió con su vida conquistando a los intelectuales más importantes de ese momento como Picasso o Stravinski. Continuó sus creaciones con el Chanel Suit, una nueva pollera por encima de la rodilla, joyas que parecían reales pero no lo eran, la piel de conejo para sus prendas y el lanzamiento de su perfume Chanel No.5. 

Chanel aseguraba, todas las mujeres debían tener en su armario:

Un pantalón: en su momento revolución, después adoptado para cualquier tipo de ocasión.

Un vestido negro: antes de Coco el negro era únicamente para el luto y revolucionó la connotación que porta el color.

Joyas: Chanel siempre sostuvo la importancia de los accesorios pero bajo la consigna "menos es más".

Perfumes: su creatividad se extendió de las telas a las fragancias.

Lo más importante de este revolucionario hito de la moda, es su capacidad de crear prendas siempre en función de que la mujer se sienta empoderada, poderosa. Sus frases son impactantes y hermosas, siguen vigentes en el mundo de la moda y lo trascienden.