Aquí te compartimos 10 de ellas. Estás de acuerdo o se te ocurre alguna más?

#1 Qué bronca, me tengo que depilar
Por supuesto que es un mundo libre y si quieres salir en falda y sin depilarte, estás en tu derecho. Pero decidas hacerlo o no, cuando planeas presumir tus piernas este es uno de los primeros pensamientos que brotan en tu cabeza. Tal vez te gusta el resultado, pero no cabe duda de que te encantaría todavía más si los vellos de tus piernas desaparecieran mientras duermes.

#2 Viento, por favor, no te aparezcas
Depende del tipo de vestido que tengas, pero por lo general, deseas que el clima sea lo más bondadoso posible. No hay nada peor que salir en vestido y terminar con las piernas todas mojadas por la lluvia. O peor: que la madre naturaleza sople y termines como Marilyn Monroe, pero por accidente y con menos glamour.

#3 ¿Con o sin medias?
Frío, calor, evento formal, informal, tipo de zapatos, diseño y estampado del vestido... Muchos factores se mezclan al momento de decidir si te vas con medias o sin ellas. Si decirles usarlas, se agrega la preocupación a que se te rompan con cualquier cosita como tus uñas.

#4 Me siento desnuda
Esto puede ser un contra o un pro, depende de cada quien. Pero no cabe duda que un vestido es una pieza que te deja más expuesta que un pantalón. (Si eres demasiado paranoica, capaz que piensas que hasta la ropa interior se te podría caer).

#5 ¿Cómo me siento? ¿Cómo camino?
Para algunas, las faldas son un emblema de la libertad, para otras, todo lo contrario. A menos que quieras mostrar más de lo que te gustaría, terminarás planeando cómo sentarte y donde sentarte. El caso es que nunca habías estado tan consciente de tus piernas y de cómo las acomodas.

#6 Todos me miran
Cuando enseñas más piel de la que acostumbras en el día a día, a veces es inevitable sentir que cada ser vivo que te rodea puede notarlo, incluso aunque ni te conozcan. 

#7 ¿Me voy a ir en colectivo o en coche?
Nadie quiere ir apretadísimo en el subte ni caerse en el colectivo gracias a un chofer que no sabe frenar y odia al mundo. ¿Y eso mientras luces un vestido? No, gracias. También la ropa tiene el poder de definir tu medio de transporte (o viceversa).

#8 Si voy al baño, necesito verme al espejo 
Historias de terror de hoy y siempre: que tu falda se moje en agua o que el borde de tu vestido se atore en el resorte de tu ropa interior. Mejor prevenir que lamentar.

#9 Espero nadie se quiera pasar de listo 
Este es el pensamiento más terrible de la lista. No debería ser así, pero a veces dudamos de lo que deseamos vestir por miedo. Qué triste que nos preocupemos de que alguien quiera tocarnos o hacernos pasar un mal rato "sólo por la ropa que usamos".

#10 Igual me veo fabulosa 
A pesar de las ventajas o desventajas, si anhelas ponerte un vestido y así lo haces, no hay más. No existe nada más hermoso que una mujer feliz y segura de sí misma.