Seguramente que nadie imaginaba un final del 2017 como el que se está dando. Con Quilmes en zona de descenso, con la renuncia de un vicepresidente, con la incertidumbre acerca de la pretemporada y el futuro, y con la mochila en las espaldas que significa el Concurso Preventivo de Acreedores que debería comenzar a pagarse en febrero. Se viene un 2018 duro.
Muchos son los puntos que hacen que la situación actual del Quilmes Atlético Club sea más que complicada. En todos los aspectos. En primero es el deportivo. El equipo de fútbol profesional terminó la primera mitad del campeonato en zona de descenso directo a la Primera "B" Metropolitana. Lejos de la punta, los futbolistas ya comienzan a hablar del "clasificar al reducido" como objetivo, y no tanto del ascenso directo. De este modo, la intención será ahora poder entrar entre los primeros nueve, para luego disputar un mano a mano durísimo contra rivales que hasta ahora han demostrado ser más que El Cervecero. Claro que los más pesimistas o temerosos ponen otro objetivo por delante: no estar entre los seis que descienden a la B Metro. Quizás no tan pesimistas sino más bien realistas, por lo que ha mostrado Quilmes en lo que va del torneo. Y dentro de lo deportivo también se debe encasillar la situación del plantel, o al menos, de algunos jugadores. Se confirmó la lesión grave de Rodrigo Mieres, que con su rotura de ligamentos tendrá entre seis y ocho meses de recuperación. Es decir, otro jugador que se irá del club habiendo jugado solo un partido en toda la temporada (no dan los tiempos para que se recupere antes del final del torneo). Esto va de la mano con el tema refuerzos y altas y bajas de contratos. Porque, por ejemplo, trascendió que para ahorrar costos, se iba a hablar con Diego Colotto para intentar que rescindiera su vínculo con el club, ya que no iba a tener demasiado lugar en el semestre que se viene. La lesión de Mieres podría cambiar esto. 

LA PRETEMPORADA, ENTRE LO QUE PRETENDE EL DT Y LO QUE SE LE PUEDE OFRECER
El nuevo entrenador Mario Sciacqua llegó con la intención de poder darle al equipo un carácter competitivo para que pueda pelear por el ascenso a Primera. Pero claro, apenas llegó, comenzaron las complicaciones. Por un lado, la mencionada lesión de Mieres. Por el otro y como se esperaba, el DT pediría por la continuidad de Horacio Ramírez, el arquero que terminó su contrato en junio pero que mantiene su salario de Primera División porque se rompió los ligamentos y todavía le quedan un par de meses de recuperación. Si bien la intención de la dirigencia era desprenderse del jugador cuando tuviera el alta médica, como pasó con Diego Torres y Juan Martínez Trejo, lo cierto es que a Sciacqua le gustaría mantenerlo en el plantel porque lo dirigió ya en Gimnasia y Esgrima de Jujuy. Esto significaría hacerle un nuevo contrato (quizás con cifras más acordes a la B Nacional) y que Marcos Ledesma, titular en las últimas fechas, pierda terreno y vuelva a ser tercer arquero. 
Otro ítem a tener en cuenta es la pretemporada. La idea de la dirigencia es que se realice en Mar del Plata durante sólo seis días, cuando habitualmente la duración de este período solía ser del doble. El tema sería que Quilmes no tendría lugar en el hotel "Los Fuegos", del Centro de Empleados de Comercio de Quilmes, donde "El Mata" Roberto Rodríguez, que encabeza este sindicato, solía hacerle buen precio al club. El pedido por el hotel se habría hecho demasiado tarde y El Cervecero deberá buscar un lugar de alojamiento que terminaría siendo más caro. Por ello, para compensar, se reduciría la cantidad de días, algo que a Sciacqua no le habría caído demasiado bien. Más allá de esto y entre tantos problemas, la pretemporada por ahora estaría lejos de definirse.

EL CAOS INSTITUCIONAL, PARA SUMAR MÁS LEÑA AL FUEGO
Como si el fútbol no tuviera demasiados problemas, está la tan mentada renuncia del vicepresidente segundo Julio García, que todavía no se hizo formalmente pero que según la propia dirigencia "no tiene vuelta atrás". Desde el sector "Rojo Punzó" descartan más renuncias, por lo que el rumor de llamado a elecciones anticipadas quedaría de lado. Lo cierto es que la salida de un hombre fuerte y que tomaba decisiones (que justamente se habría dado porque lo criticaron por resoluciones en las que no participó) no hace más que seguir resquebrajando a una Comisión Directiva que está fracturada hace tiempo. Y por encima de todo, la Convocatoria de Acreedores, que obligaría a Quilmes a comenzar a pagar en febrero a los acreedores privilegiados ¿Estará la plata para hacerlo? Se viene un 2018 duro, durísimo_